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En primer lugar, la significación política de la obra reichiana resalta por haber denunciado la psicología de masas del fascismo, el sometimiento de la psique y, por ahí, de la conducta de un pueblo para llevar a cabo acciones contrarias a sus intereses pero acordes con los de la clase dominante —la burguesía alemana— dirigida por el partido nazi liderado por Hitler. Esta hazaña la podemos expresar de otro modo, a fin de observar su significación científica:

1. Haber analizado los mecanismos psicológicos que permiten manipular la conciencia de los seres humanos a favor de una causa política determinada contraria a sus intereses económicos. De esa manera, Reich puso en conexión intelectiva, por primera vez, a la economía, la política, la psicología social, con lo que superó la labor que al respecto habían llevado a cabo con anterioridad tanto Max Weber como Émile Durkheim, precisamente porque Reich las integró mediante el psicoanálisis, la sociología y el materialismo histórico.

El análisis de la estructura familiar y la moral sexual represiva permitieron explicar la aberrante conducta política de la clase obrera alemana, que al votar de forma mayoritaria por Hitler actuó en contra de sus propios intereses económicos y políticos.

2. Con esto, Reich elevó a la psicología social a un rango científico, pues fundó el objeto teórico específico de ésta al distinguir acciones políticas racionales por ser acordes con los intereses de quien las despliega, y acciones políticas irracionales por ser contrarias a los intereses de quien las despliega. Sólo estas últimas requieren de una explicación que va más allá de la economía, de la sociología o de la política, y que sólo puede dar la explicación psicológica de actos irracionales.

3. Hizo patente que para fundar la psicología social como ciencia era necesario determinar la base social, la cual que requirió ser explicada psicosocialmente porque otras disciplinas científicas no podían dar cuenta de ella.

Esto sólo se podía llevar a cabo mediante un análisis histórico materialista de las clases y sujetos sociales en general y de sus intereses económicos y políticos, así como de sus correspondientes ideologías.

4. El modo de articular a Sigmund Freud con Karl Marx, por así decirlo, así como su explicación global del fascismo —demasiado psicologista aunque considere los factores económicos del caso a nivel nacional alemán pero no las condiciones económicas a nivel internacional etcétera— pueden ser perfeccionados, pero en justicia la hazaña científica señalada le corresponde a Reich de manera indudable.

5. Su análisis de la psicología de masas del fascismo a partir de la represión sexual del pueblo alemán —con lo cual más tarde pudo construir el concepto de plaga emocional tanto para el análisis del carácter individual como de fenómenos psicosociales de masas—, le permitió a Reich captar el carácter fascista del stalinismo, precisamente al contrastarlo con la Revolución rusa de 1917 y con la labor auténticamente liberadora de Lenin y Trotsky, de todo lo cual Reich era un entusiasta admirador, así como de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en sus primeros años.

De esa forma pudo denunciar políticamente como fascismo rojo (al menos en su obra conocida hizo la primera referencia clara a este concepto, y su específica base energética sexual en la tercera edición de Psicología de masas del fascismo, publicada en la segunda mitad de los cuarenta (Reich, 1946), lo que ocurrió en ese país, frente a la idea de que allí se erigía una sociedad socialista.

6. La penetración científica de su Psicología de masas del fascismo es tal que incluso —hacia el final de su vida— pudo comprender el carácter fascista del capitalismo estadunidense, no obstante que en éste se presentaba la vida ciudadana regida por reglas democráticas. Según Reich, ello enriqueció profundamente el concepto de fascismo más allá de los rasgos sociológicos y politológicos que presentó en Alemania e Italia.

7. Lo que permite una denuncia política del caso y, en general, una mejor intervención política en la realidad histórica, pues para la evaluación de los fenómenos no se tiene a mano sólo el factor económico, político e ideológico, sino también el psicosexual y el psicosocial.

8. Así, la lucha por la liberación de la humanidad no se confunde no con el nazismo —como le sucedió al proletariado alemán— ni con el stalinismo —como le ocurrió al pueblo ruso y a casi todo el proletariado mundial— ni aún con la democracia burguesa, como le pasó al pueblo estadunidense y a Reich por un cierto tiempo, hasta que se percató de la trampa histórica involucrada.

9. De ahí que el Movimiento Estudiantil Internacional de 1968, que tanto en Alemania como en Francia estuvo influido por la obra de Reich (y sobre todo por Marcuse), formulara un programa revolucionario no sólo económico y político sino cultural y psicosexual, y, en fin, un concepto de revolución integral de la vida moderna que no sólo rebasó a los programas de los partidos comunistas de la época, sino que se ha enriquecido con los años posteriores, hasta el día de hoy, con las luchas antinuclear y ambientalista y el cuestionamiento a la vida cotidiana, etcétera. Con ese enriquecimiento ha comprobado su pertinencia tanto como la necesidad de perfeccionarlo.















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