ONU y megaproyectos





Ante los “proyectos de inversión anunciados por el Gobierno que podrían afectar los derechos de los pueblos indígenas y en particular, la intención de realizar consultas ciudadanas para recabar la opinión de la población nacional en general sobre la ejecución o no de esos proyectos”, expresó que “falta claridad sobre como las consultas previstas tendrán en cuenta las obligaciones del Estado mexicano de implementar procesos específicos de consulta previa con los pueblos indígenas potencialmente afectados con el fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado”.

Subrayó que “los procesos de consulta ciudadana diseñados para la población nacional en general no garantizan las salvaguardas de los derechos de los pueblos indígenas consagradas en los estándares internacionales de derechos de los pueblos indígenas”

Derechos específicos “que derivan del carácter distinto de los modelos e historias culturales de los pueblos indígenas, y porque los procesos democráticos corrientes no suelen bastar para atender a las preocupaciones particulares de los pueblos, que por lo general están marginados en la esfera política”.

Victoria Tauli-Corpuz agregó que “mediante la publicación de la nota técnica, quisiera contribuir al entendimiento y la debida implementación, por parte de representantes del Estado y de los pueblos indígenas, de los estándares internacionales de derechos humanos contenidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, cuya adopción en 2007 fue decididamente impulsada por México, el Convenio no. 169 de la Organización Internacional del Trabajo y otros instrumentos y jurisprudencia internacionales en relación con los derechos de los pueblos indígenas a la consulta y el consentimiento informado previo que vinculan al Estado de México”.






Las consultas populares como las que implementó el gobierno federal para proyectos, como el PIM, son procesos democráticos que permiten que la ciudadanía participe, pero no son adecuadas para garantizar los derechos humanos de los pueblos indígenas.

Así lo aseguró Victoria Tauli Corpuz, relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en una ficha técnica, publicada el 5 de marzo, al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Tal como el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala lo solicitó, la relatora aseveró que las consultas ciudadanas diseñadas para la población nacional en general no representan medidas que salvaguarden las garantías de los pueblos indígenas indicadas en los estándares internacionales.

Y es que, si bien la consulta que se realizó los 23 y 24 de febrero sobre el arranque de la termoeléctrica La Huesca, que forma parte del Proyecto Integral Morelos (PIM),consideró a los nueve municipios de Tlaxcala y 15 de Puebla que se oponen a las obras, en el caso de Morelos se aplicó en los 33, es decir todo el estado.
Agregó que el derecho de participación de los pueblos indígenas en la adopción de decisiones estatales que pudieran afectarles va “más allá” de los intereses compartidos por la población del Estado en general.

Se debe tener en cuenta que, indicó, son necesarios procedimientos especiales y diferenciados de consultas cuando se afectan los derechos de los pueblos indígenas “que derivan del carácter distinto de los modelos e historias culturales de los pueblos indígenas, y porque los procesos democráticos corrientes no suelen bastar para atender a las preocupaciones particulares de los pueblos, que por lo general están marginados en la esfera política.


Afirmó que los estándares internacionales exigen que las consultas indígenas se realicen de manera previa, de buena fe y por medio de las instituciones representativas de los pueblos indígenas.

En los procesos de consulta indígena, los mismos pueblos deben identificar sus instituciones representativas, y deben respetarse sus mecanismos de toma de decisiones en todo momento, lo cual no ocurrió para el PIM, pues el proceso estuvo a cargo de la Federación.

Otro elemento “imprescindible”, resaltó la ONU, es la realización de estudios de impactos social, cultural, ambiental y de derechos humanos antes de la aprobación de la medida o proyecto en cuestión, lo cual indicó el gobierno federal que haría con el PIM, pero cuyos resultados no ha dado a conocer al momento.



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