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proyecto                                  11 sept 2018



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El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que pese a las críticas y cuestionamientos por la construcción del Tren Maya, el proyecto se hará.

“Les guste o no les guste a nuestros adversarios, a los fifís, a la prensa fifí, vamos a construir el Tren Maya. Me canso ganso”, dijo en un su visita al estado de Quintana Roo, de acuerdo con un reporte del diario Reforma.

Este tren peninsular es el proyecto que promete ser la mayor obra de infraestructura y desarrollo del próximo gobierno y conectará los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas.

El proyecto presentado por el equipo del nuevo gobierno asegura que el tren recorrerá 1,525 kilómetros, de los cuales 426 atravesarán zonas de selva; 446 recorrerán parte del Caribe y 653 zonas cercanas al Golfo de México.


De acuerdo con López Obrador, para realizar el tren, se requerirá de una inversión de 120 a 150 mil millones de pesos, por lo que esperan que cerca de un 70 % del costo se obtenga mediante concesiones a la iniciativa privada, mientras que el resto se aportará de impuestos del sector turístico.

En septiembre pasado, el presidente electo aseguró que ya han sido consultadas comunidades, ejidatarios y pequeños propietarios, cuyos territorios están en las zonas donde se construirá el tren.

“La gente quiere esto para el sureste, porque si vemos el mapa, podemos resumir que en los últimos 30 años el desarrollo se ha centrado en la Riviera Maya, en la punta, en Cancún, el resto del sureste quedó en el abandono”, argumentó en su momento.
11 octubre 2018







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Más de 300 especialistas, investigadores y artistas solicitan a AMLO aplazar Tren Maya y corredor en el Istmo

Ciudad de México a 15 de noviembre de 2018

C. Lic. Andrés Manuel López Obrador

Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos Presente.


Señor Presidente Electo, hemos sabido por la prensa que usted ha planteado que los días 24 y 25 de noviembre habrá una consulta en torno a diversas propuestas suyas, entre otras la construcción del llamado Tren Maya, y la del Corredor Comercial y Ferroviario del Istmo de Tehuantepec. El primer proyecto abarcaría los estados de Chiapas, Quintana Roo, Yucatán Campeche y Tabasco; se plantea como fecha de inicio de construcción el 16 de diciembre del presente. El segundo se ubica en los estados de Oaxaca y Veracruz. Las seis primeras entidades están consideradas como “hábitats críticos que abarcan áreas con alto valor de biodiversidad*.” Al respecto queremos expresar a usted nuestras preocupaciones, y hacerle la petición expresa de no hacer por lo pronto consulta alguna respecto de ambos proyectos, y menos aún iniciar las obras, por las siguientes razones:

Como usted sabe, de treinta años a la fecha México, país reconocido por estar en el grupo de los doce países megadiversos que hay en el mundo, y entre los que ocupa el cuarto lugar, ha perdido selvas, manglares y bosques de manera alarmante. También es un hecho que el agua, un bien indispensable para la vida, es un recurso limitado que depende en buena medida de la salud de bosques y selvas. Hoy la biodiversidad y el agua son los más importantes recursos con los que puede contar una nación. Su degradación pone en grave riesgo la sustentabilidad ecológica del territorio mexicano. Por ello los sitios de alta biodiversidad deben preservarse bajo los más estrictos estándares internacionales y reconociendo los saberes de los pueblos originarios quienes han sido garantes de sus territorios y depositarios de la riqueza natural y cultural de nuestro país.

En este contexto preocupa que el proyecto del Tren Maya y el del Corredor Comercial y Ferroviario del Istmo de Tehuantepec, tengan características similares a las de otros megaproyectos como los que fueran promovidos dentro del Plan Puebla Panamá, localizados justamente en los frágiles ecosistemas del trópico mesoamericano y mexicano para ofrecer “progreso y desarrollo”. Este tipo de macroproyectos han sido fuertemente rechazados por su carácter esencialmente mercantil**, por el daño ecológico que ocasionan y los conflictos sociales que generan.

Luego de todo el desastre ecológico de décadas pasadas en aras del “desarrollo” (ganadería extensiva, industria petrolera, minería, carreteras, etc.) no se puede emprender un proyecto de esta naturaleza sin un estudio amplio de los impactos ecológicos, culturales y al patrimonio arqueológico, del que según evidencias, hay vestigios importantes para el patrimonio histórico y cultural del país cubiertos por selva, de la misma importancia de lo que está a la vista.

Es por ello que se hace indispensable la participación previa a cualquier obra, de las siguientes instancias que forman parte de la estructura gubernamental y que han sido creadas en buena medida, para realizar estudios previos frente a obras que pueden afectar los ecosistemas, la disponibilidad de agua y los impactos socioculturales, entre otros aspectos, y a las que debemos exigir el cabal cumplimiento de sus funciones. 


Nos referimos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a la Secretaría de Cultura y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), o sus equivalentes de acuerdo con lo que plantee la nueva Ley de Administración Pública. Será también indispensable consultar ampliamente a la comunidad científica, con la participación de los centros de investigación y enseñanza superior.

Consideramos fundamental no pasar por alto el principio de la “consulta previa, libre e informada de las comunidades indígenas locales afectadas” a que obliga el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo.

Ésta no puede sustituirse con ninguna “consulta nacional” y tendría que realizarse de manera trasparente y bajo la observación de una comisión plural del más alto nivel sin conflicto de interés. Hay que recordar que se trata de derechos humanos perfectamente establecidos y legitimados, cuyo incumplimiento habrá de dar lugar a recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación e incluso a las instancias correspondientes de la Organización de las Naciones Unidas.

Señor Presidente Electo, venimos de treinta años de regímenes que han impuesto megaproyectos en el país sin haber realizado los estudios necesarios con la seriedad que cada caso amerita. Hemos visto cómo muchos de ellos se han basado en Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIAS) hechas a modo y se han realizado en medio de gran opacidad. Esto ha traído graves consecuencias para la sustentabilidad ecológica de México y la concordia entre los mexicanos.

Hoy el país está devastado; su patrimonio biocultural ha sido seriamente degradado. Por estas razones, entre otras muchas, millones de mexicanos acudieron a las urnas decididos a cambiar este estado de cosas y a construir junto con usted un país de leyes, más justo, en el que las personas y por tanto el medio ambiente, sean ejes fundamentales de la vida del país. Será un signo de verdadero cambio que los nuevos proyectos productivos en los ecosistemas tropicales (y en general en todo el territorio nacional), estén ecológicamente fundamentados, considerando la riqueza y diversidad del patrimonio biocultural del país. Esto pasa, necesariamente, por atender a las instituciones y a las voces de quienes por años se han dedicado al estudio de estas regiones y temas, muchas veces gracias a los recursos económicos que a través de sus impuestos, les hace llegar el pueblo de México. Asimismo, es fundamental escuchar a los pueblos y respetar su libre determinación.

Creemos en la necesidad de resolver los problemas sociales y económicos que afectan a nuestro país. Pero también estamos convencidos de que el verdadero bienestar social con sustentabilidad ecológica no pueden derivar de la destrucción de la naturaleza ni del atropello al respeto elemental de los derechos de los pueblos y comunidades que habitan estos territorios.

Recientemente usted ha tomado la prudente decisión de cancelar una obra, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), por los costos ambientales, sociales y económicos que esta obra representaba. 

Su construcción se inició sin llevar a cabo los necesarios estudios previos de impacto ambiental que incluyeran una visión regional de conjunto, y sin la consulta previa, libre e informada, basada en la ley, a las comunidades afectadas.

Las consecuencias están a la vista: degradación ecológica, ruptura del tejido social de las comunidades, enfrentamientos entre diversos sectores del país y graves pérdidas económicas. Eso evidencia que las decisiones gubernamentales deben ser seriamente estudiadas y consensuadas, y que las políticas públicas deben ser congruentes, y sumar en una misma dirección. Hoy tiene usted la posibilidad de demostrar que se puede y se debe proceder de otra manera. De otra suerte se irá desgastando el necesario apoyo que su gobierno requiere para sacar adelante un país con graves rezagos en los más diversos órdenes.

No podemos dejar de mencionar que de acuerdo con diversas investigaciones, el colapso de la antigua civilización maya pudo deberse a la sobreexplotación de su entorno natural. A pesar de su innegable sabiduría, los antiguos mayas no tenían elementos suficientes para actuar de otra manera y evitarlo. Hoy sabemos que la capacidad de carga y recuperación de los ámbitos naturales tiene límites. Sería imperdonable no aprender de la historia y cometer los mismos errores, cuyas consecuencias pueden ser tan graves o más que en el pasado. Hay muchos caminos para lograr la justicia social y un desarrollo armónico con la naturaleza. México puede ser pionero en propuestas creativas que cumplan con estos dos requisitos indispensables. Le ofrecemos a usted nuestros conocimientos y trabajo para explorar esos caminos, y lograr por consenso proyectos que realmente transformen a México y sean un ejemplo para el mundo.


*Esto significa según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que “Incluyen los hábitats requeridos para la supervivencia de especies amenazadas; áreas con importancia especial para especies endémicas o de áreas restringidas; sitios que sean vitales para la supervivencia de las especies migratorias; áreas que apoyan concentraciones significativas a nivel mundial; áreas que estén asociadas a procesos evolutivos claves; áreas que brinden servicios de ecosistemas importantes y áreas con una biodiversidad de importancia social. Los hábitats críticos son importantes porque funcionan como una herramienta de política ambiental para que los distintos actores involucrados en el desarrollo sustentable tomen decisiones adecuadas e informadas. Asimismo, ayudan a normar y estandarizar criterios de priorización, focalización y de asignación de recursos para la conservación ambiental.” (Informe de Evaluación Ambiental. Proyecto: sistemas productivos Sostenibles y biodiversidad, Conabio, febrero de 2012 en http://www.conabio.gob.mx/web/pdf/SPSB_InformeEvaluacionAmbiental.pdf recuperado el 14 de noviembre de 2018).

**Ver por ejemplo, respecto de su impactos y verdaderos objetivos: Andrés Barreda Marín, “El Plan Puebla Panamá”, Biodoversidad, 28 de agosto de 2002, Grain en https://www.grain.org/es/article/entries/938-el-plan-puebla-panama recuperado el 14 de noviembre de 2018).

Atentamente

Dr. Alfredo López Austin (Instituto de Investigaciones Antropológicas UNAM)
Mtro. Francisco Toledo (artista plástico)

Dr. Miguel Concha Malo (Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Victoria O. P.”)

Dr. Ambrosio Velasco Gómez (Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM)

Dr. Gerardo Bocco, (Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental UNAM, Campus Morelia).

Dra. Marisa Mazari Hiriart (Instituto de Ecología, UNAM) 

Mtro Luis Fueyo Mc Donald (CORENA)

Dr. Alejandro Casas Fernández SNI 3 Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) UNAM

Héctor Bonilla. Actor y director de teatro

Dr. Sergio Aguayo Quesada (El Colegio de México) 

Dr. Paul Hersch (Investigador Centro INAH Morelos)

Dr. Gilberto López y Rivas (Centro-INAH Morelos)

Dra. Patricia Colunga GM. (Investigadora independiente) 

MC Adelita San Vicente Tello (Semillas de Vida)

Dra. Cristina Mapes Sánchez (Jardín Botánico Instituto de Biología UNAM)

Dr. Rodrigo Gutiérrez (Coordinador del Área de Derechos Humanos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM)

Etnlgo. José del Val (Programa Universitario de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad UNAM)
Dr. Luis de la Peña (Instituto de Física UNAM) 
Dra. Ana María Cetto (Instituto de Física UNAM) Paul Leduc (Cineasta)
Juan Villoro (Escritor)
Dr. Carlos Fazio (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM)
Dr. Eckart Boege (INAH UCCS)
Dr. Gian Carlo Delgado (CEIICH UNAM)
Dra. Lucía Oralia Almeida Leñero, Facultad de Ciencias UNAM 
Homero Aridjis, presidente, Grupo de los Cien
Dra. Elena Lazos, Instituto de Investigaciones Sociales UNAM
Dr. Juan Humberto Urquiza García (Colegio de Historia-Facultad de Filosofía y Letras UNAM)
Dr. Carlos H. Ávila Bello, Profesor-Investigador Universidad Veracruzana
Dr. Carlos Zolla, Programa Universitario de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad UNAM
Dr. Carlos Martorell, Departamento de Ecología y Recursos Naturales Facultad de Ciencias-UNAM
Dr. Arturo Argueta Villamar, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) UNAM
Dr. Julio Boltvinik (El Colegio de México)
Dr. Enrique Leff (Instituto de Investigaciones Sociales UNAM) 
Mtra. Cristina Barros (investigadora independiente)
Dr. Luis Zambrano Laboratorio de Restauración Ecológica Instituto de Biología, UNAM
Dra. Rosa María Garza Marcué (Investigadora DEAS-INAH)
Dra. Eliana Acosta (Investigadora DEAS-INAH)
Mtra. Luz Emilia Aguilar Zinzer (Crítica e investigadora teatral y Ambientalista) 
Dra. Ana Esther Ceceña, Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM 
Dra. Ana María Aragonés, Instituto de Investigaciones Económicas UNAM
Dra. Teresa Rojas Rabiela, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Red de Patrimonio Biocultural
Dra. Carmen Valverde, Centro de Estudios Mayas UNAM Gustavo Ampugnani (Greenpeace México, A. C.)
Julieta Egurrola. Actriz
Úrsula Pruneda. Actriz y directora
Biol. Juan Manuel Quintero (Limbo Ambiental, Coatzacoalcos, Ver)
Dr. Gerardo Pérez Ponce de León (Investigador Titular C Instituto de Biología, UNAM
Dra. Ella Vázquez Domínguez (Instituto de Ecología UNAM)
M. en C. Jorge Alcalde Martín del Campo (ITAM)
Dra. Ellen Andresen, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM-Campus Morelia
Dr. Omar Arellano-Domínguez (Facultad de Ciencias, UNAM)
Dra. Alicia Castillo Álvarez (Investigadora Titular Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM campus Morelia)
C. María de la Luz González Segura. Periodista
Mtra. Hilda Rivas Solórzano, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) UNAM campus Morelia
Mtra. Ximena Ramos Pedrueza Ceballos
María de los Ángeles Cruz Rosel, Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Yucatán
C. Guillermo Rodríguez Curiel, LAVIDA
C. Emilio Rodríguez Almazán, LAVIDA
Dra. Ana Wegier, Instituto de Biología, UNAM.
Dr. Jaime Paneque-Gálvez (Investigador del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, UNAM)
Dra. Magdalena Barros Nock Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)
M en C. Rosaura Páez Bistrain. Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, UNAM Morelia
Dra. Gabriela Parra Olea. Instituto de Biología, UNAM 
Dr. Omar Becerra Soria. Instituto de Biología, UNAM
M. en C. Ángela Mendoza. Instituto de Biología, UNAM
M. en C. Hilda Rivas Solórzano, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) UNAM campus Morelia
Dr. Guillermo Ibarra Manríquez (Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, campus Morelia)
M. en C. Ma. Guadalupe Cornejo Tenorio (Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, campus Morelia)
Dra. Eva María Piedra Malagón (Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, campus Morelia)
Dra. Patricia Escalante Pliego (Investigadora Titular B TC Departamento de Zoología Instituto de Biología UNAM)
Dr. Julio Muñoz Rubio, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM.
Mtra. Monserrat González Montaño Escuela Nacional de Trabajo Social UNAM
Dra. Nancy Calderón Cortés, Licenciatura en Ecología, ENES Unidad Morelia
M en Arquitectura Elena Tudela Rivadeneyra. Maestría en Arquitectura en Diseño Urbano Profesor Asociado C TC Área Urbano Ambiental Facultad de Arquitectura UNAM.
Dr. Víctor Arroyo Rodríguez Investigador Titular B SNI III (Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM)

Lic en Economía Salvador Mendiola (Profesor Licenciatura Periodismo y Comunicación FES Aragón, UNAM)

M en G. Rutilio Castro Miguel.

M. en C. Claudia Ortiz Facultad de Arquitectura UNAM

M en G Tania Fernández Vargas (Instituto de Biología UNAM)

Urbanista Alonso Azaid Cortés Solís. Licenciatura en Urbanismo Fac de Arquitectura UNAM

Urbanista Brando Felipe Noh Garcia Licenciatura en Urbanismo Fac de Arquitectura UNAM

Maestra en Urbanismo Claudia Ortiz Licenciatura en Urbanismo Facultad de Arquitectura UNAM

M en C. René D. Martínez Bravo Laboratorio de Bioenergía, Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad -UNAM

Lic. en Comunicación Javier Barros del Villar (MasdeMX)

M en G Tania Fernández Vargas Instituto de Biología UNAM 

M en C María Delia Basanta (Instituto de Biología UNAM)

M. en C. Raquel Hernández Austria (Instituto de Biología UNAM)

M. en C. Luis García Prieto (Instituto de Biología, UNAM)

M. en C. Ángela María Mendoza Henao (Departamento de Zoología, Instituto de Biología, UNAM)

M. en C. Carlos Omar Becerra Soria, (Laboratorio de sistemática y conservación de anfibios, Instituto de Biología, UNAM)
M. en C. Raquel Hernández Austria, (Laboratorio de Sistemática Molecular II Instituto de Biología de la UNAM)
Dr. Eduardo Alberto Pérez García Grupo de Conservación y Ecología Vegetal Departamento de Ecología y Recursos Naturales Facultad de Ciencias UNAM
Dra. Patricia Balvanera (IIES Morelia UNAM)
Dra. Irene Sánchez Gallen Ecología del suelo (Depto. de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, UNAM)
M en C, Juan Carlos Flores Vázquez, Instituto de Ecología, UNAM.
Dra. Gabriela Parra Olea, Instituto de Biología UNAM
Ana Claudia Napote (Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM)
Dr. Óscar Flores (Facultad de Medicina UNAM)
Dra, Julieta Benitez-Malvido (Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM)
Biol. Daniel Sandoval Gutiérrez (Jardín Botánico Instituto de Biología UNAM)
Biol. Miguel Ignacio Rivas Bejarano, Instituto de Biología UNAM
Dr. León Islas, Facultad de Medicina UNAM
Dr. Abisaí Josué García Mendoza, Jardín Botánico Instituto de Biología UNAM
Dra. Ek del Val, Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM
M. en C. Claudia Ortiz, Facultad de Arquitectura UNAM
Dra. Lucía Sanaphre Villanueva, investigadora Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad, A. C.
Dr. Enrique Vargas Madrazo, Investigador del Centro de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes, Universidad Veracruzana
Dra. Luisa Paré, Instituto de Investigaciones Sociales UNAM
Dra. Andrea Martínez Ballesté, Jardín Botánico Instituto de Biología UNAM
Dr. Zenón Cano Santana, Facultad de Ciencias UNAM
Mtro. Carlos Luis Escoffié Duarte, litigante independiente en derechos humanos 
Lic. María de los Ángeles Cruz Rosel, investigadora del Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Yucatán
C. Guillermo Rodríguez Curiel
C. Emilio Rodríguez Almazán
Dra. Diana María Escalante Alcalde Instituto de Fisiología celular UNAM M en C Elena Jaloma Cruz (Centro de Derechos Humanos Minerva Bello)
Dra. Mayra Elena Gavito Pardo Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad
Dra. Aída Atenea Bullen Aguiar Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM
M en C Verónica Zepeda Martínez (Facultad de Ciencias, UNAM).
Dra. Artemia Fabre Zarandona, Presidenta de Diálogo y Movimiento, A.C.
Rodolfo Pérez Rodríguez Profesor e Investigador de la Facultad de Biología, UMSNH
Dra. Patricia Ornelas, Instituto de Biología UNAM
M. en C. Moisés Armando Luis Martínez Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” Departamento de Biología Evolutiva Facultad de Ciencias UNAM
Dra. Christina Siebe Grabach Instituto de Geología UNAM. 
Dr. José G. Palacios Vargas Facultad de Ciencias, UNAM
C. Emiliano Navarrete Sauza Licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias UNAM
M en CS. Alicia Martínez Bautista Academia Nacional de Ciencias Forestales
Lic. Beatriz Equihua Enríquez (economista independiente)
C. Lorena Esquivel Mondragón (Licenciatura en Biología Facultad de Ciencias UNAM
Dra. Estela Cessa Flores (Agrolimex)
Mtra. Mónica del Villar K. investigadora independiente
Dra. Margarita Pérez Negrete Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)
Dra. Haydée Rovirosa González maestra de Arte contemporáneo
M en C Evelyn Hernández Vidal, doctoranda Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Químico Agrícola Donato García Campesino
Dra. Alma Piñeyro Nelson, UAM – X
Batán Silva, Cineasta y activista social
PhD N. Ivalú Cacho, Departamento de Botánica Instituto de Biología-UNAM
Lic Salvador Mendiola periodista,FES Aragón UNAM
Dra. Nancy Calderón Cortes ENES Morelia UNAM
Dr. Luis Humberto Escalera Vázquez Facultad de Biología UMSNH
Dr. J. Fco. Ziga Gabriel. Coordinadora de Organizaciones Sociales Indígenas y Afromexicanas de Guerrero y Oaxaca. Red por el Reconocimiento Constitucional del Pueblo Negro de México
Lic. Rosalva Robles Vessi Historiadora Mérida, Yucatán
Dr. Felipe Reyes Escutia, Secretario de la Sociedad académica por el pensamiento complejo e investigador del Centro de investigación sobre ecosistemas tropicales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
Dr. Javier Reyes Ruiz, Universidad de Guadalajara.
Dra. María Dolores Cervera Montejano Cinvestav. IPN. Unidad Mérida
Dra. Norma Georgina Gutiérrez Serrano Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) UNAM
Mtra. Emma Alicia Canales de la Fuente, Profesora por Asignatura, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. BUAP
Mtra. en Geografía María del Rosario González Montaño, Coordinadora de estación meteorológica en la Escuela Nacional Preparatoria, UNAM
Dr. Daniel Rodríguez Velázquez, profesor titular, Escuela Nacional de Trabajo Social-UNAM.
Lic. T.S. María de Lourdes Santiago Cruz, Red Chimalli por los Derechos de Todas y Todos, Oaxaca
Dr. Rafael Pérez Taylor, Instituto de Investigaciones Antropológicas UNAM 
Dra. Fernanda Figueroa, Facultad de Ciencias UNAM
Dra. Antonia Candela, Departamento de Investigaciones Educativas CINVESTAV IPN
C. Carlos Alberto Sánchez Ricardo, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEICH) UNAM
Dr. Francisco López Bárcenas, El Colegio de San Luis 
Marco Barrera Bassols, Museólogo y museógrafo
Dr. Iván Azuara Monter, Posgrado en Estudios de la Ciudad-UACM 
Dr. Ignacio Chapela, Universidad de California en Berkeley
Dr. Enrique Rajchenberg, Facultad de Economía UNAM
Dra. Cynthia Armendariz Arnez Escuela Nacional de Estudios Superiores ENES- Morelia, UNAM
Dr. John Holloway, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” Benmérita Universidad Autónoma de Puebla
Dra. Ana García Silberman Cinvestav-Unidad Mérida 
Ana María Siañez Gutiérrez, Ama de Casa
Dr. Alejandro Fujigaki Lares, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM 
Dra. Mariela Fuentes Ponce de UAM-X
Dr. Rodrigo A. Medellín Erdmann Instituto de Ecología UNAM
Dra. Eloína Peláez Valdez Directora Fundadora Jardín Etnobotánico “Francisco Peláez R.” A.C.
Dr. Octavio Klimek Alcaraz (investigador independiente)
M. en C. Ma. Guadalupe Guadarrama Huerta Instituto de Investigaciones Económicas UNAM
Lic. Magdalena Gómez Universidad Pedagógica Nacional
Mtro. Mauricio González González ENAH y el Centro de Investigación y Capacitación Rural AC (CEDICAR).
Dr. Efraín León Hernández Facultad de Filosofía y Letras UNAM.
Dra. Leticia Merino Seminario Universitario de Sociedad, medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI) UNAM
Dra. María de Jesús Ordóñez Díaz, CRIM-UNAM
Mayra Eslava Centro de Orientación y Asesoría a Pueblos Indígenas, A.C. 
Luis Gerardo Romero Chora Estudiante de Biología UNAM
Dr. César Carrillo Trueba Facultad de Ciencias, UNAM Dr. Luis Tamayo Pérez
Otto Minera Dramaturgo
Dra. Marcia Hiriart Instituto de Fisiología Celular UNAM
Carmen Aguilar Zinser, Maestra en Historia. Activista en la defensa de nuestro patrimonio histórico y riquezas naturales en Coyoacán.
Dr. Antonio Turrent Fernández Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS)
Dra. Giulianna Ayora, Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana
Dra. Mina Lorena Navarro, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP
Dra. Diana Luque Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Dr. Narciso Barrera Bassols. UCCS, Universidad Autónoma de Querétaro Lic. Areli Sandoval. Defensora de los derechos Humanos.
Dr. en Sociología. Oliver Gabriel Hernández Lara. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex
Dr. José Antonio Aldrete Haas Profesional Independiente. 
Baltimore Beltrán. Actor.
Giovanna Zacarías. Actriz y directora de cine 
Mariana Giménez. Actriz y directora de teatro.
Eric Olivares. Diseñador académico.
Natalia Beristáin. Directora de cine
Pilar Flores Del Valle. Actriz.
Karina Gidi. Actriz.
Ana Francis Mor. Actriz.
Laura Imperiale. Cineasta.
María Goicoolea. Actriz.
Juan Pablo Miquirray. Cineasta. 
Roberto Sosa. Actor.
Gabriela de la Garza. Actriz. 
Dolores Heredia. Actriz.
Miguel Sabido. Investigador y práctico de la comunicación 
M en C Eric Castañares Maddox
Dr. Alejandro Espinosa Calderón Unión de Científicos Comprometidos con la
Sociedad (UCCS) Academia Mexicana de Ciencias
Mtra. Virginia Paula Porras Ruiz, Universidad Pedagógica Nacional
Mtra. Isabel Sanginés Franco, Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Dra. María Teresa Gutiérrez Haces. Instituto de Investigaciones Económicas UNAM
Margarita Muñoz Rubio, Escuela Nacional de Música, UNAM
Dra. Margara Millán Moncayo, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM 
Dra. Marta Astier centro de Investigaciones en geografía Ambiental CIGA
Dr. Omar Masera, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad UNAM
Marcos Rubén López Miguel, profesor de la Escuela Nacional de Trabajo Social, UNAM.
Mtra. Irma Estela Aguirre Centro de Estudios para el Desarrollo Rural 
Dr. Benjamín Ortiz Espejel El Colegio de Puebla, A. C.
C. Alma Rodríguez Ayala Fotoperiodista
Mtra. Sofía Medellín Urquiaga (Profesora ENAH / UNAM)
Dra. Beatriz Stolowicz Weinberger Departamento de Política y Cultura. UAM Xochimilco.
Lic. T.S. Nazaria Moreno Macías. Universidad Don Vasco, A.C. Uruapan, Michoacán.
Ing. Pedro Miguel Espinosa E. CONSINFO
Dra. Consuelo Bonfil Facultad de Ciencias UNAM 
Mtra. Claudia Campero Arena Geógrafa
M. en C. Ariel Rojo Curiel Consultor Independiente
Mtra. Flor Mercedes Rodríguez Zornoza Posgrado Educación Ambiental UACM
Dra. Aida Luz López Posgrado en Educación Ambiental, UACM
Dr. Claudio Lomnitz Universidad de Columbia, Nueva York
Dra. Ma. Elena Durán Lizárraga Academia de Biología Humana
Colegio de Ciencias y Humanidades Universidad Autónoma de la Ciudad de México
M.C. Elba Castro Maestría en Educación Ambiental, Universidad de Guadalajara 
Lic. Juan Manuel Zaragoza Contreras Escuela Nacional de Trabajo Social UNAM 
Dra. Silvia Tamez UAM Xochimilco
Grupo de Estudios Ambientales (GEA, AC)
Dra. Isabel García Coll Consultora independiente Pladeyra, S. C.
Álvaro Caso Chávez Filósofo y artesano
Dr. Gerardo Alatorre Frenk Instituto de Investigaciones en Educación Universidad Veracruzana
Dr. Javier Riojas Coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad
Universidad Iberoamericana Ciudad de México – Tijuana
Dr. Fernando Córdova Tapia Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación (UAEM) Facultad de Ciencias (UNAM) Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS)
C. Emma Bensimón Israel, empleada
M en C. Carlos Muñoz (UAM Xochimilco)
Lorena Martínez González, Fundación Xochitla A.C. 
Dr. André Dorcé, UAM-Cuajimalpa
M. en C. Alejandra Straffon, Facultad de Ciencias, UNAM
José Luis Bustamante del Valle Oaxaca
Dr. Miguel A. Escalona A. Profesor, Universidad Veracruzana
Mtro. Francisco Javier Guerrero (Profesor Investigador DEAS-INAH)
Dr. Ricardo Melgar Bao (Profesor Investigador Emérito Centro INAH Morelos)
Mtro. Carlos García Mora (Profesor Investigador DEE-INAH)
Arqloga. Hortensia de Vega Nova (Centro INAH Morelos) 
Dra. Magdalena Gómez (UPN)
Dra. Lina Odena Güees (ENAH-INAH)
Dra. Lillián González (Profesora Universidad Autónoma del Estado de México) 
Arqlgo. Efraín Flores López (Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas INAH)
Dra. Rosario Haydee Pérez y Espejo (IIE-UNAM)
Mtra. Cecilia Vázquez (Investigadora Centro INAH Puebla)
Dr. Luis Tamayo Pérez (Colegio de Morelos Coordinador en Morelos de la UCCS) 
Dra. Raquel Padilla Ramos (Profesora Investigadora Centro INAH Sonora)
Mtra. Esperanza Muñoz (Investigadora DEAS-INAH)
Mtro. Itzam Pineda Rebolledo (UACM)
Yuriria Juárez Martínez (UACM)
Lic. Patricia Guarneros (Integrante de la Misión de la Observación De la consulta de soya transgénica de Campeche)
Dra. Susana Gómez Serafín (Investigadora Centro INAH Morelos) Erika María Méndez Martínez (Ayudante de investigación, IIA-UNAM)
José Luis Naval Cid de León (Pintor, grabador y Director de la Revista Boulevard la cultura de Puebla y Tlaxcala)
José Luis Mariño (Colectivo Bordamos por la Paz y la memoria) 
Dra. Artemia Fabre Zarandona (Dialogo y Movimiento, A. C.)
Jesica Terán García Travesí (ingeniera ambiental) 
Gerardo Pérez Muñoz (Colectivo Hermanos Serdán) 
Arturo Mendoza (Colectivo Hermanos Serdán)
Dra. Irene Herner Reiss (UNAM)
Roberto Sandoval Zarauz (DEH-INAH)
Miriam Judith Gallegos (Centro INAH Tabasco)
Renée García Travesí Fernández (Ambientalista. Tulce A.C.) 
Diego García Osorio (FES Acatlán UNAM)
Leobardo Espinoza Rodríguez (Director General de México Prioridad) 
Nashielly Cortés Hernández (UNAM)
Leonardo Durán Holguín (Tozepan Titatanizke)
Mtra. Berenice Rodríguez Hernández (Investigadora Centro- INAH Morelos. 
Rosario Pérez Espejo (UNAM)
José Camacho Sánchez (Consejo de Trabajadores por una Nueva Salud Pública)
Dra. Morna Macleod. (Profesora investigadora Facultad de Estudios Superiores de Cuautla (UAEM)
Mtra. Marina Anguiano (Investigadora DEAS-INAH)
Dra. Maya Lorena Pérez (Investigadora DEAS-INAH)
Erica L. Hagman Aguilar (UCCS)
Hugo Cercantes (Emprendedores del Huacal A.C) 
Dr. Alonso Aguilar Ibarra IIE-UNAM)
Maribel Ramiro (Café Tlacuache) 
Guadalupe Reyes Domínguez (UADY)
Ricardo Armijo (investigador Centro INAH-Tabasco)
Dra. Margarita Rosales, (Profesor Investigador INAH, Yucatán) 
Dr. Víctor Acuña Alonzo (ENAH-INAH)
Martha Medina (Universidad Autónoma de Yucatán (UADY)
Nora C. García Colomé (Profesor investigador UAM-X)
Dra. Jessica Mariela Tolentino Martínez. (Investigadora Instituto de Investigaciones Económicas)
Azucena María Gorelli Suarez De Miguel.
Carlos Cruz. (Documentalista UNAM)
Lic. Ana Patricia Sosa Ferreira. (IIE-UNAM)
Elsa Hernández Pons. (Investigadora INAH)
María Consuelo Sánchez González. (Centro de Investigaciones Históricas y
Sociales Universidad Autonóma de Campeche)
Lic. Martha Elena Mora Barreto. (Profesora de la Escuela Nacional de Lenguas, Lingúistica y Traducción, antes Cele)
Actuario: José Luis Salas Lizaur. (Consultor)
Mtra. Ilse María Escobar Hofmann. (Historia UNAM)
Adriana Durazo Villanueva.
Lic. Shelley Galle Chapman (ENALLT-UNAM)
Dra. Elisa Cruz Rueda. (Profesora Investigadora de la Escuela de Gestión y Autodesarrollo Indígena Universidad Autónoma de Chiapas)
Mtro. José Luis Fernández Santisteban. (Profesor en la Facultad de Economía de la UNAM)
Dra. Laura Vázquez Maggio. (Profesora de la Facultad de Economía de la UNAM) 
M en C. Silvia Terán (Investigadora)
Nora Cecilia García Colomé. (Profesora investigadora: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco)
M en C. Verónica Elena Solares Rojas. (Consultora) 
Carmen de la Vega Gamiz. (Grupo las Golondrinas) 
Tania Andrade Olea. (Colectivo Fuentes Rojas)
Elia Andrade Olea. (Colectivo Fuentes Rojas) 
Regina Méndez Tirado. (Colectivo Fuentes Rojas)

ORGANIZACIONES

Taller por la Defensa de los Territorios y del Patrimonio Biocultural (DEAS-INAH) 

Colegio de Antropólogos de Yucatán

Desarrollo Comunitario de Los Tuxtlas Teyeliz, A. C.

Greenpeace México, A. C.

Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero, A. C. 

Tlaxcala Luna del Sur, Oaxaca, A. C.

Centro de Capacitación y Defensa de los Derechos Humanos e Indígenas A.C. 

Observatorio Indígena de la Huasteca Potosina

Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina A.C.

Campaña Sin no hay País 

Pobladores A.C.

Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez Oaxaca SC 

Observatorio de Conflictos Mineros de Zacatecas

Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, A. C. (Red MOCAF) 

Grupo Ecologista del Mayab A. C.

Centro de Investigación y Capacitación Rural AC (CEDICAR) 
Asociación de Consumidores Orgánicos
Millones contra Monsanto México
Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA)
Colectivo Hermanos Serdán
Afectados Ambientales Puebla
Café Tlacuache 
Tlayoyo Vale
Asociación de los Emprendedores de Huakal, A.C.







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El Tren Maya sólo beneficiará
a pudientes y extranjeros:
indígenas de la península de Yucatán


Por Rosa Santana 22 noviembre, 2018
PROCESO
22 noviembre 2018

MÉRIDA, Yuc. (apro).- Agrupaciones indígenas de la península de Yucatán expresaron su oposición al proyecto del Tren Maya, que este fin de semana será sometido a consulta popular, porque, subrayaron, atenta contra sus derechos.

En un comunicado dirigido al presidente electo Andrés Manuel López Obrador, las más de 40 organizaciones civiles hicieron del conocimiento “nacional, y de la próxima administración pública en lo particular”, que están atentos al proyecto del Tren Maya desde que se anunció, y a partir de ese momento lo desaprobaron.

Tras exponer que les “desagrada” porque violenta los derechos indígenas consagrados en la Constitución, destacaron que esperaban que con el cambio de administración las comunidades originarias se hicieran visibles “para la Federación y reconsiderara las formas para intentar poner en marcha el megaproyecto Tren Maya, pero con desagrado nos percatamos de que en esta nueva administración la historia no cambiará y la esperada justicia no llegará a los pueblos indígenas de México”.

De igual manera, adelantaron su rechazo al resultado de la consulta ciudadana sobre el proyecto, “sea a favor o en contra”, porque “no es permisible que ninguna persona fuera de la Península de Yucatán pretenda decidir lo que se puede hacer o dejar de hacer en nuestros territorios”.

Los inconformes señalaron que “una verdadera consulta” para los pueblos indígenas debe ser “libre, informada, de buena fe y culturalmente adecuada, tal cual lo dispone la ley”.

Y resaltaron que el ejercicio ciudadano que se hará el próximo fin de semana no cumple con ninguno de esos principios, “puesto que el megaproyecto Tren Maya ya se inició, y prueba de ello es que ya se tienen, entre otras cosas, presupuestos, licitaciones, trazos y hasta fecha de inicio, y con nosotros nadie ha convenido absolutamente nada”.

Añadieron: “La única información que tenemos es lo que los noticieros han transmitido y las filtraciones que nos han llegado; de manera oficial no hay autoridad alguna que se haya sentado a dialogar con nosotros, a pesar de que la obra física pretenden asentarla en nuestros territorios”.

Y “ni hablar de buena fe, ésta no existe. Todo se ha llevado a nuestras espaldas, y para que sea culturalmente adecuada en primer término quisiéramos que cualquier decisión que se pretenda tomar sea en presencia de nuestras representaciones y en nuestros territorios”.

Insistieron que el Tren Maya, como otros proyectos, no acarreará beneficios ni desarrollo regional a las comunidades indígenas. 

“No está planeado para nosotros, la gente común; es un proyecto turístico que sólo beneficiará a los pudientes y a los extranjeros. Nosotros, los dueños de las tierras, sólo lo veremos pasar, puesto que las estaciones no están contempladas en la mayoría de nuestros pueblos y sólo están considerados puntos de interés turístico que ya han sido copados por los grandes capitales”.

Según los indígenas, a sus comunidades sólo les tocará cargar con la parte perniciosa del proyecto, “esa situación ya la sufren las comunidades por donde circula el Tren Chepe y en su caso el desarrollo aún sigue pendiente, no queremos lo mismo para nosotros y nuestros hijos”.

Aclararon que no se resisten al progreso, pero están en contra del beneficio de pocos en detrimento de muchos. “Ya no aceptamos espejos a cambio de nuestras tierras”.

Los pobladores subrayaron que “desde hoy” rechazan “totalmente” el megaproyecto Tren Maya, y advirtieron que no permitirán que se violenten sus territorios y sus derechos.

Asimismo, exigieron que en éste y otros proyectos en los que se afecte su derecho al territorio, se convoque a los pueblos indígenas como sujetos de derechos colectivos a fijar su posición frente a los mismos.

“No es la consulta el fin último, sino sólo un mecanismo para acopiar y acercar información para estar suficientemente informado y sobre esa base poder tomar decisiones informadas. 

“La consulta no es una simple encuesta que sirva para la toma de una decisión de aceptar o rechazar el megaproyecto. Lo importante es nuestro consentimiento en el marco del ejercicio de nuestro derecho a la libre determinación”.

También demandaron “el respeto total y absoluto de los principios rectores que rigen la consulta previa, libre, informada, de buena fe y culturalmente adecuada”, y prohibieron “total y absolutamente” cualquier tipo de “subasta, autorización, permiso de cambio del uso del suelo o licencia para el establecimiento del proyecto de servicios sin el consentimiento” de las comunidades originarias, “antes y después del 1 de diciembre de 2018”.

Reiteraron su “rechazo y repudio” a “todo intento o simulación de consulta indígena a nuestros pueblos, meramente como requisitos para la obtención de nuestro consentimiento para la instalación del tren maya que se pretende”.

Además, pidieron respeto a los bosques y selvas y que la elaboración de la Manifestación y Evaluación de Impacto Ambiental se encarguen a un organismo independiente, con una comisión de observación, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Igualmente rechazaron cualquier tipo de diagnóstico de tipo forestal o faunístico en el que no hayan participado las comunidades indígenas.

“El tren Maya no tiene nada de maya, ni de beneficio a la población maya. No queremos ser un Cancún o Rivera Maya, donde las cadenas hoteleras, de transporte y de restaurantes son los únicos beneficiarios”, advirtieron.

También expusieron su oposición a la propuesta o la intención de construir o establecer ciudades en el municipio de Calakmul, porque “esto provocaría, transformaría, descompondría a las comunidades indígenas e impactaría a todo el estado de Campeche y a la Península”. 

Por último, solicitaron facilidades económicas y logísticas del Estado para realizar un “plan regional del buen vivir maya” que emane de mesas de trabajo comunitarias, estatales y regionales como una propuesta de los pueblos indígenas para poner a discusión los planes de desarrollo que se pretenden implementar en sus territorios.






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4 de diciembre de 2018
CONTRIBUCIÓN AL DEBATE
EL  TREN  MAYA:
¿SUEÑO  O  PESADILLA?
Víctor M. Toledo
Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM  (campus Morelia)

La inusitada controversia generada en torno al Tren Maya, no termina por supuesto con el aval que recibió en la pasada consulta, sino que apenas comienza. Este ensayo pretende contribuir a la polémica, partiendo de dos premisas.

Primero, que es necesario distinguir entre los impactos que provocará su construcción (1525 kms de vías) y los que generará, en el corto, mediano y largo plazo, sobre sus habitantes actuales. Unos son los impactos que genera la construcción de un celular, un automóvil o una central nuclear, y otros los que desencadena su uso, individual y colectivo.

Segundo, que como sucede con toda innovación tecnológica, sus efectos dependerán del juego de fuerzas políticas, económicas y culturales que dicha innovación desencadena.  Nada garantiza que la apertura de una vía de tren traiga progreso y bienestar de manera automática y, al mismo tiempo, tampoco nada indica que se pueda convertir en un factor de destrucción o deterioro.

La apertura de nuevas vías de comunicación (para automotores, ferrocarriles, barcos o aviones) de áreas remotas o aisladas que se visualiza como un acto de modernización o de progreso imprimirán su sello a esas regiones que se integran de acuerdo al contexto que resulte de las fuerzas económicas, políticas y culturales en pleno conflicto o contradicción.

Dado que como se ha señalado, el impacto del tendido de las vías del Tren Maya será sobre trazos ferroviarios o carreteros ya existentes, nos concentramos en los impactos que este proyecto tendría sobre el conjunto de la región.



Mapa 1

En México, buena parte de la discusión sobre el tren maya parte del temor de que este“megaproyecto” se convierta en uno más de los que han azolado innumerables regiones del país en las ultimas dos décadas. Nuestro recuento alcanza 560 conflictos y resistencias socio ambientales a lo largo y ancho del país (Mapa 1), provocados por megaproyectos mineros, energéticos, por agua, carreteros, turísticos, forestales, biotecnológicos y de desarrollo urbano.
La pregunta obligada es: ¿Cómo puede garantizar un gobierno que se declara anti-neoliberal, realizar megaproyectos que no imiten o repitan los que los diferentes gobiernos neoliberales impulsaron a diestra y siniestra?  Lo que sigue es un intento de dar respuesta a la pregunta.

Mapa 2.

Hoy, la Península de Yucatán es un gigantesco escenario donde se desarrolla una cruenta batalla entre tradición y modernidad, entre resistencias locales y fuerzas globales, entre memoria biocultural y amnesia modernizadora, esta vez con los referentes geopolíticos invertidos.

En el centro se ubican las resistencias, basados en una alianza milenaria entre natura y cultura, y en la periferia se implantan y expanden los enclaves de una modernización depredadora. Mérida, Cancún, Campeche y Chetumal conforman los núcleos urbanos desde donde se irradia el “progreso”hacia los territorios donde persiste una cultura que habita ese territorio de manera exitosa ¡desde hace 3,000 años! y que hoy alcanza la cifra de 2.2  millones (INEGI, 2015).

Esa población representa el  66 % del estado de Yucatán, y el 44% de Campeche y Quintana Roo. Esta enorme población hace que la península sea un territorio con una muy alta densidad demográfica (MAPA 2) . En las porciones de Chiapas y Tabasco que cruzará el Tren Maya, la población indígena sin ser mayoritaria es igualmente significativa (tzeltales, choles y chontales).

Los polos modernizadores fincan su emporio fundamentalmente en los desarrollos turísticos, comerciales e inmobiliarios. Hasta ahora, estos desarrollos causan deterioro y pérdida del patrimonio biocultural y modifican sustancialmente los paisajes selváticos, marítimos y costeros al afectar ríos subterráneos, manantiales, cenotes, sitios arqueológicos, humedales, selvas diversas y dunas costeras, para levantar hoteles, campos de golf, lagunas artificiales, parques temáticos, pavimentos y extensos desarrollos habitacionales. 

Hasta ahora la industria turística de lujo, tipo Premium, regido por capitales transnacionales, no ha generado un progreso equilibrado y justo, sino lo que en el resto del país consiguieron tres décadas de políticas neoliberales.


Mapa 3. El mapa muestra el contraste entre las áreas conservadas por las comunidades mayas (verde oscuro) y las de las Reservas de la Biosfera (verde claro), y las porciones deforestadas (rojo).


Mapa 4. Principales resistencias y proyectos mayas.

Y sin embargo, tierras adentro, las resistencias bioculturales y geopolíticas logran mantener todavía grandes porciones de la selva maya (Mapa 3) y unos 3,000 sitios arqueológicos. La parte interior de la península rebosa de experiencias guiadas por el bien común y la cooperación resultado de esfuerzos colectivos de numerosos actores sociales.

Un panorama general (Mapa 4) incluye las 56 cooperativas productoras de chicle formada por unos 3,000 productores mayas y sus familias, los 49 ejidos con reservas comunitarias que en total alcanzan un total de 100,000 hectáreas de selva, los ejidos forestales del sur de Quintana Roo que desde inicios de los 1980s manejan un millón de hectáreas, los 20,000 apicultores organizados en 169 cooperativas que exportan miel a Europa y otras partes del mundo, (Mapa 5) y los innumerables proyectos sobre la Milpa Maya desde una modalidad agroecológica.

A lo anterior debe sumarse de manera especial el surgimiento de la Reserva Estatal Biocultural del Puuc, la primera con esta modalidad en México, una iniciativa de cinco municipios mayas (Muna, Ticul, Santa Elena, Oxkutzcab y Tekax), con una superficie de 136,000 hectáreas (Mapa 6), y que se fundó en colaboración con el gobierno estatal y varias organizaciones conservacionistas.  

Esta reserva surgida desde los pueblos se viene a sumar a las 6 Reservas de la Biosfera implantadas desde el gobierno federal en las últimas décadas. A estos proyectos deben sumarse iniciativas como la red de reservas privadas de la Península de Yucatán y las numerosas cooperativas de productos artesanales, alimentarios o de turismo alternativo (como las de la Fundación Haciendas del Mundo Maya).

Todas estas experiencias constituyen ejemplos de una economía ecológica, social y solidaria, donde se dan procesos de acumulación colectiva de riqueza, en modalidades de apropiación adecuada de los recursos locales, y que conllevan la defensa biológica y cultural. Es decier surgen como proyectois alternativos al modelo dominante neoliberal.




Mapa 5. Cooperativas mayas productoras de miel. Fuente: CONABIO.


Todo lo anterior indica que para que el Tren Maya sea la realización de un sueño y no se convierta en una nueva pesadilla, ese proyecto debe ser acompañado, debe inscribirse, en el contexto de un plan para toda la región maya, y eso requiere de construir en paralelo un proyecto común de desarrollo alternativo, de “…una modernidad desde abajo y para todos”.

Ello supone la participación articulada de los gobiernos federal, estatales y municipales y de estos con las comunidades, pueblos y ciudades. El tren maya no puede entonces concebirse desligado de un Plan Maya por la Vida, que debe gestarse e implementarse mediante una planeación participativa, es decir a través de las consultas con los pueblos rurales y las poblaciones urbanas.

Un Plan Maya por la Vida tampoco puede ignorar el papel estratégico jugado por decenas de investigadores y técnicos que desde sus instituciones regionales han apoyado, directa o indirectamente, esos procesos de resistencia e innovación. Destacan el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) con sus sedes en Chetumal y Campeche, la Universidad del Caribe y la Universidad Intercultural en Quintana Roo, y el CINVESTAV, el CICY y la Universidad Autónoma en Yucatán.

Mapa 6. Ubicación de la Reserva Biocultural del Puuc.


Grupos amplios de investigadores en conjunto con organizaciones conservacionistas (como The Nature Conservancy, Pronatura, Amigos de Sian Kaan, Biocenosis, EDUCE, Bioasesores, etc. ) han contribuido con sus conocimientos a proyectos tan diversos como el manejo de las selvas, la producción de chicle y miel, las reservas comunitarias, la milpa mejorada, las redes de artesanos, y otros. Y sobretodo han visibilizado los saberes ecológicos mayas.

Para que el lector se de una idea de la estrecha relación que existe entre la cultura maya y subiodiversidad, y que la convierte en uno de los enclaves bioculturales más importantes de México y del mundo, compartimos los siguientes datos: El inventario botánico de la flora de la Península de Yucatán oscila entre 2 400 y 3 000 especies de plantas, de las cuales entre 75 y 80 por ciento se restringen a la porción mexicana (Canevalli et al., 2003).

Dos estudios etnobotánicos en comunidades reportan conocimientos locales sobre 920 especies (Barrera-Marín et al., 1976) y 826 taxa o “morfo-especies” (Anderson, 2005), en las localidades de Cobá y Chunhuhub, respectivamente. Por otro lado, un diccionario regional etnobotánico elaborado por Arellano-Rodríguez et al. (2003) documentó nombres y usos mayas para una lista de 2 166 especies, es decir más de 90% de la flora registrada en la península, y Flores (2001) reportó nombres locales para 88% de las 260 especies de leguminosas, que es la familia mejor representada en la región.

Existe además una taxonomía maya yucateca de las plantas (Kul), basada en 16 categorías de formas de vida, donde los taxa son distinguidos tanto por características morfológicas de las plantas como por criterios de carácter simbólico, como es el caso de los colores. Varios estudios muestran también el conocimiento existente sobre especies de varios grupos de animales, especialmente mamíferos, aves, reptiles y peces con valor alimenticio, o ligadas a las prácticas agrícolas, agroforestales, de caza y pesca.

Destaca igualmente el detallado conocimiento sobre las abejas nativas sin aguijón (Melipona beecheii), utili- zadas desde la época prehispánica, y en general sobre la apicultura, ambas prácticas de gran relevancia regional. Finalmente no faltan los detallados saberes sobre clima, relieve, suelos, erosión, vegetaciones, paisajes y procesos ecológicos.

El resultado a escala regional de este estrecho nexo entre natura y cultura es la existencia de amplias zonas de vegetación conservada en la península que coinciden con los municipios más tradicionales o indígenas. Los procesos de deforestación, que provienen de los “polos de desarrollo” (monocultivos agrícolas, ganadería, plantaciones, turismo, desarrollos habitacionales), han quedado neutralizados por la presencia de los ejidos y municipios mayas, por la simple razón de que su estrategia de subsistencia contempla el manejo múltiple o agro-silvo-pastoril y el mantenimiento de reservas forestales, como lo hemos mostrado en varios trabajos (Figura 1).

Cuando se observan desde el espacio los ejidos mayas se hacen notables por tres rasgos: los mosaicos de paisajes, por estar casi siempre rodeados por franjas y corredores de selva, y porque sus cascos urbanos son probablemente los más arbolados de todo el país, pues a cada hogar le acompaña un huerto familiar que alcanza en promedio entre 100 y 150 especies útiles, mayoritariamente alimentos.

El reconocimiento de la diversidad biocultural realizado por organismos internacionales (como la UNESCO), los gobiernos de varios países, e innumerables organizaciones conservacionistas, ha generado la discusión e implementación de diseños para la gestión, conservación y defensa de aquellos territorios que presentan altos niveles de bioculturalidad.

Se trata de construir formas de gobernanza local (a escala de comunidades y municipios), basados en la auto-gestión, el buen uso de los recursos naturales locales, el mantenimiento de la identidad cultural y una inserción adecuada a los procesos globales. Todo ello parte de premisas como el empoderamiento de las instituciones y capacidades locales, y el establecimiento de acuerdos justos de colaboración entre los gobiernos municipales, estatales y federales. 

Se trata en fin de una estrategia de gestión territorial, consensuada y pactada entre todos los actores sociales que participan en su diseño


Figura 1. Flujos de satisfactores obtenidos por las comunidades mayas de la Península de Yucatán mediante la estrategia de uso múltiple. Fuente: Toledo et al., 2008.


En suma, para que el Tren Maya sea la realización de un sueño, ese proyecto debe inscribirse en el contexto de un Plan Maya por la Vida para toda la región.  Dicho plan, que debe encabezar el nuevo gobierno de André Manuel López-Obrador (AMLO), debe reconocer este “conflicto civilizatorio”, ponerse del lado correcto, y realizarse con la colaboración no solo de los pueblos y organizaciones mayas, sino de los centros académicos, sus investigadores y técnicos, las organizaciones conservacionistas, y las empresas sociales y privadas de la región. Esta estrategia se puede convertir en un modelo para el resto del país, y especialmente para los territorios con amplia presencia de los pueblos originarios.

El Plan Maya por la Vida servirá entonces como la brújula que señale las rutas sociales ambientales y culturales del tren, su diseño y significado. Por ejemplo deberá contribuir a robustecer, ampliar y multiplicar los proyectos ya existentes autogestivos y de cooperación local y municipal.  Deberá impulsar un turismo controlado, diverso y alternativo, basado en las potencialidades y limitaciones de cada región. Como hemos visto, ningún megaproyecto es neutral en principio, sino que está marcado por los intereses en juego y en conflicto. Entre una política dirigida a satisfacer las ambiciones de una minoría, o comprometida a lograr el bien común, el respeto a las culturas y a la naturaleza y a la recuperación de la memoria, única manera de mirar el futuro con fe y esperanza. De esa forma comenzara de verdad la Cuarta Transformación del país.

Referencias y bibliografía
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15 diciembre 2018
No podemos cuestionar el integrismo neoliberal con
ideas de otro signo pero igualmente dogmáticas.
Armando Bartra. Sur. Megaplanes
y utopías en la América equinoccial.



De los 925 mil mexicanas y mexicanos que se informaron de lo que estaba en juego y decidieron participar en la consulta nacional sobre los diez proyectos prioritarios del nuevo gobierno, el 98% votó a favor del Tren Maya, que también en el Twitter fue el más socorrido y el más aprobado, además de que, en Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Tabasco, estados por donde pasaría el ferrocarril, el porcentaje de aprobación fue aún mayor que el promedio nacional. En contraste, ecologistas muy calificados, defensores de los territorios y organizaciones indígenas se oponen al proyecto, así como al tren transístmico, al millón de hectáreas de árboles frutales y a la refinería de Tabasco. 

Se dirá que los cientos de miles que votaron  en la consulta de estos planes están mal informados. Es posible. Pero es igualmente posible que los mal informados sean los que se manifiestan en contra, pues entre otras cosas han argumentado que se van a iniciar las obras del Tren Maya el 16 de diciembre sin manifestación de impacto ambiental y sin consulta a los pueblos, cuando desde hace meses el secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, ha dicho una y otra vez que lo que arrancará en esa fecha son precisamente los trabajos de la consulta y de la manifestación. 

En todo caso, me queda la sensación de que en algunos el “no” es automático, reactivo, aprendido; un reflejo condicionado de rechazo a todo lo que suene a megaproyecto; una inercia discursiva cuya principal debilidad radica en que se sigue razonando como si nada, como si el primero de julio no hubiera ocurrido. No digo que haya que cambiar de convicciones porque empezó la Cuarta Transformación, digo, sí, que hay que poner los principios en situación. Y la situación sin duda es otra. 
En julio votamos por el cambio y también el sur-sureste tiene urgentemente que cambiar. El tsunami migratorio de los últimos días viene de Centroamérica, pero documenta inmejorablemente el drama de Mesoamérica toda; zona de desastre económico y penuria social (siete de cada diez mesoamericanos viven en la pobreza extrema) de la que escapa en estampida la población. Aunque en los últimos años los mexicanos ya no elijen preferentemente irse a Estados Unidos sino a Cancún, a la llamada Riviera Maya y a las grandes ciudades.

Además de gobernantes torpes, autoritarios e ilegítimos en el sureste mexicano y en Centroamérica hay mineras, monocultivos de plantación, turismo predador y otros megaproyectos agresivos. Pero pienso que, en cuanto a su motivación fundamental, la gente del sur profundo no huye del capitalismo, que en ellos encarna, más bien va hacia el capitalismo norteño. Y para lograrlo va dispuesta a saltar muros, va dispuesta a tomarlo por asalto. La Mesoamérica peregrina no es expulsada por las inversiones sino por la falta de inversiones incluyentes, redistributivas, adecuadas. 

Y marcha deslumbrada hacia los odiosos “polos de desarrollo”. Lugares que son, sin duda, infiernos sociales, pero donde hay empleo, quizá menos violencia y la ilusión de un futuro mejor que desde hace rato se marchitó en sus lugares de origen. 

En  México hay que defender enérgicamente los territorios rurales, porque ciertamente quienes ahí viven los están perdiendo. Pero se están perdiendo no solo, ni principalmente, por la reciente expansión del llamado “extractivismo”, sino por la añeja deserción física y espiritual de sus pobladores. Porque cuando menos desde los ochenta del pasado siglo y en el marco de las políticas neoliberales, la economía campesina perdió dinamismo y lejos de transformarse y renovarse inició su decadencia. 

Mientras que, a su modo insostenible y predador, la agricultura empresarial orientada a la agro exportación se dinamizaba e intensificaba, casi toda la pequeña producción de auto abasto o comercial se estancaba y decaía. Y sin proyectos innovadores y creativos que reanimen la esperanza, los campesinos dejan de sembrar y los jóvenes rurales se van. 

Sin visión de futuro, el arraigo sostenido solo en el pasado se debilita y la defensa del terruño pierde fuerza, pues en ausencia de opciones promisorias muchos estarán dispuestos a negociar la tierra, demasiados estarán dispuestos a escuchar los cantos de sirena del gran capital. Entonces, la defensa del territorio pasa por el impulso a la apropiación productiva del territorio. Impulso que a su vez demanda inversión.

La esperanza se construye, entre otras cosas, con inversión; palanca económica que en México es raquítica: en nuestro país la formación de capital ha sido en promedio de 3% anual en los últimos tres lustros y de solo 1% en el último, cuando en los países asiáticos es de 10%. Hace falta, pues, inversión pública, social y privada. No la de los capitales rapaces que desarrollan polos de negocios social y ambientalmente predadores, sino una inversión social, ambiental y económicamente sostenible.

Los profetas del no, que en nombre de los pueblos se oponen siempre a las grandes inversiones públicas porque presuntamente pasan por sobre derechos ancestrales, debieran considerar que también la falta de inversión pública violenta los derechos a una vida buena. Es verdad que algunos opositores solo exigen que se consulte a los posibles afectados o beneficiados, cosa que también hacemos quienes no nos oponemos por principio. La diferencia está en que ellos quieren que se les pregunte a los pueblos no para que en caso de que se realicen los proyectos cuenten con la anuencia y participación entusiasta de la gente de su entorno, sino con la esperanza de que los consultados dirán no… Y si algunos aceptan es que fueron engañados y manipulados etc., etc.


El desarrollo que hará habitable el sur requiere inversiones, pero no vendrá necesariamente de inversiones territorialmente concentradas. Si tenemos presente que la marea migrante, siendo multicausal, ha sido disparada en parte por la caída del café, del que en Centroamérica dependen directamente un millón y medio de personas, nos resultará evidente que una tarea inmediata y urgente es salvar a la caficultura de la región y en especial a la caficultura campesina. Lo que demanda innumerables inversiones y acciones de pequeña o muy pequeña escala, dirigidas a cientos de miles de productores dispersos en extensos territorios cafetaleros. 

Dirigido no solo al café, sino también al cacao, la pimienta, la canela y los maderables, ésta es la visión del proyecto Sembrando Vida, que pronto  echará a andar la entrante administración y que algunos critican con fervor.

El Tren Maya puede empujar en la misma dirección. Pero para ponerlo en contexto hay que tener en cuenta algunas cosas:

En primer lugar que el turismo es una actividad de creciente importancia económica para México, pero el que tenemos es predominantemente un turismo de playa excluyente y predador como el del llamado Caribe Mexicano. Es pertinente entonces explorar otros destinos, que en una península de extraordinario patrimonio biocultural como la yucateca, son evidentes. 

Además, el proyecto sería una excelente oportunidad para las pequeñas y medianas empresas de turismo alternativo de las que en la región hay muchas. Porque gran parte de los visitantes nacionales o internacionales interesados en la naturaleza y la cultura, buscan también servicios turísticos con calor humano y no presurizados y sanitizados hoteles de cinco estrellas. 

Por otra parte, los ferrocarriles son la mejor opción para el trasporte de personas y mercancías, pero en nuestro país fueron desmantelados, incluido el del sureste, y la gente mayor los recuerda con nostalgia. 

Adicionalmente hay que considerar que la ruta que seguiría el Tren Maya ya existe, de modo que el daño y las expropiaciones serían mínimas sino es que nulas. Al respecto importa también decir que una carretera transitada como las que ya hay en la selva rompe el habitad de los animales silvestres, cuyas poblaciones quedan separadas. Lo que no hace la vía de un ferrocarril que pasa de vez en cuando: el jaguar que por algún mal de amores quisiera suicidarse tendría que esperar horas y horas a que pasara el Tren Maya…
Hay riesgos, naturalmente, y un desarrollo turístico desordenado puede tener terribles impactos ambientales, culturales y sociales. De modo que además de concertar con la gente y propiciar la más amplia participación social, sería necesario establecer reglas y controles claros. Pero a mi juicio los pros son mayores que los contras.

Releyendo lo hasta aquí escrito me fue entrando la terrible duda de si no me convertí ya en lo que odiaba cuando tenía veinte años. De si no estoy viendo hoy con buenos ojos lo que hace un par de décadas, en los tiempos del malhadado Plan Puebla Panamá, de Vicente Fox, criticaba con vehemencia.
Para ratificar o rectificar mi desazón releí el ensayo de mi autoría titulado. Sur. Megaplanes y utopías en la América equinoccial, del libro Mesoamérica. Los ríos profundos. Alternativas plebeyas al Plan Puebla Panamá, publicado en 2001. Y para mi tranquilidad de consciencia encontré en sus páginas las mismas convicciones que hoy me mueven y los mismos argumentos que hoy esgrimo. La diferencia, que no es poca, radica en que a Fox había que confrontarlo y a Obrador es posible acompañarlo.

Reproduzco aquí, algunos fragmentos de Sur…, porque creo que siguen siendo válidos.
“El éxodo hacia el norte derivado de la insuficiencia de inversión y empleo evidencia que sin duda que la región necesita desarrollo… Y debemos asumir que la inversión es necesaria para el desarrollo, pero no suficiente, de modo que atraer capital a como dé lugar, solapando su vocación predadora, no genera bienestar social sino todo lo contrario.

“Ni el gasto público social y en infraestructura, ni los proyectos con dinero de la banca Multilateral, ni las inversiones primadas, son por principio indeseables. Al contrario deben incrementarse, pero siempre vinculados con políticas de fomento al sector social de la producción, tanto familiar como asociativo. [Es necesario] usar la nueva infraestructura como mecanismo de inclusión [además de] diseñarla con participación social informada y ejecutarla con transparencia”.

Algunos párrafos escritos hace dos décadas parecen dirigirse a las propuestas recientes de López Obrador:

“Sostienen algunos que el plan con maña de los megaproyectos del sur es frenar el éxodo a los EU, mediante corredores transversales. De ser así debo decir que por fin coincido en algo con estas intenciones. Porque, efectivamente, hay que detener las compulsiones migratorias de los surianos; afán que desgarra tanto familias como culturas y amenaza con vaciar nuestros países… Pero parar la migración económica compulsiva es restaurar la esperanza en un futuro regional habitable. Y en este futuro habrá producción agrícola, agroindustrial y de servicios; como habrá industria… Lo que no puede haber son condiciones laborales negreras y saqueo de los recursos.

“No podemos cuestionar el integrismo neoliberal con ideas de otro signo pero igualmente dogmáticas”.




Un tren que realmente
beneficie a las comunidades
Francisco Abardía
Más que posicionarse en contra o a favor del proyecto de Tren Maya, es importante reflexionar y trabajar en cómo se puede hacer, cuáles son los pasos y los elementos que sería bueno considerar para que sea un buen proyecto para los habitantes de la península.
La consulta del 24 y 25 de noviembre fue para abrir la discusión, toda vez que ahí hubo casi un millón de personas que opinamos que sería bueno hacer esos 10 programas, pero no decíamos esto es un cheque en blanco, lo que decíamos es abramos una reflexión sobre las aristas de estos proyectos, en particular del Tren Maya que ha despertado muchas polémicas, igual que Transístmico.

Aunque los proyectos sean polémicos es importante avanzar en reflexionar con claridad y tranquilidad y establecer cuáles son los asuntos que hay que dirimir antes de concretar proyectos de este tipo. Aquí menciono algunos de los temas que es importante tomar en consideración:

1. La consulta y las comunidades. ¿Cómo debe ser una consulta para las comunidades por las que pasa el tren? Este tema es fundamental. No se puede caer en las seudoconsultas, como las que se han hecho para los proyectos eólicos. La consulta debe ser un proceso de reflexión de los habitantes de cada comunidad o región sobre las ventajas, anhelos, desventajas de un proyecto de esta naturaleza. En cuanto empiezo a oír opiniones de comunidades -comunidades, no ong-, casi todas dicen que sería muy buena una estación aquí, una estación acá. Todos quieren una estación cerca para vender sus productos. Pues sí, pero no puede haber estaciones en cada poblado. 

¿Cómo resolver este planteamiento? No poniendo mil estaciones, sino pensando en la economía social de la zona y en cómo beneficiarla.

 2. La economía local. El reto es aprovechar las oportunidades que el proyecto ofrece para que florezca la economía local de las comunidades. Por ejemplo, es importante que en los lugares donde haya estaciones del proyecto se promueva la venta de los productos locales. También, es importante hacer un diseño de las estaciones para que se ocupen los materiales de la región. En Chetumal, por ejemplo, se usa madera tropical en la construcción. Sería una opción para apoyar a los ejidos y comunidades que tienen aprovechamientos forestales sustentables, para desarrollar valores agregados, para poner a la vista los mobiliarios, estilos de construcción y adornos locales.

3. Corregir el deterioro ambiental. Se han publicado algunas noticias que dan por sentado que este proyecto va a lastimar la economía y el medio ambiente. Por el contrario, el tren es una buena oportunidad para cambiar el rumbo de los temas sociales y ambientales. Un buen planteamiento de tren puede beneficiar el ambiente y la diversidad biológica en la región, porque puede ponerle un alto al desastre ecológico que hemos creado.

Al hablar de esto pienso en nuestras vías de comunicación actuales, la carretera que va de Chetumal a Xpujil, a Escárcega. ¿Qué sucede hoy en día? En cada poblado por el que pasa la carretera se hace ese efecto de poblado amiba que se va saliendo de su lugar y se va a la carretera y se extiende a ambos lados, empieza con vulcanizadoras, cervecerías, hospedajes, fondas, empiezan los poblados a crecer alrededor. Esto afecta el ambiente e impide la conectividad de las especies. Este fenómeno se da en todos los pueblos de México. 

En la carretera Chetumal-Escárcega hay 15 o 20 poblados donde sucede lo mismo. Esto pasa porque la gente no encuentra otros medios de vida, así que se acercan a quienes pasan por la carretera.

4. Conectividad para los grandes felinos. Está documentado que en algunas zonas la actual carretera significa un obstáculo absoluto a la conectividad de las especies. En los pasados 3 años la Conabio ha monitoreado y estudiado el movimiento de los grandes felinos, como los jaguares, desde Nobek hasta Calakmul, gracias a un chip que les puso para seguir sus movimientos a través de satélite. 

El monitoreo ha demostrado que la carretera es un impedimento total a la conectividad de los felinos entre el norte y el sur. Los del sur se van a Guatemala y Belice. Y los del norte están confinados entre lo que queda de selvas y las extensiones de campos agrícola que siguen hacia el golfo. Están confinados y no pueden salir al sur porque la carretera se los impide. ¿Por qué? Es muy sencillo: los felinos son de vida nocturna, su vida transcurre en la oscuridad, en la noche salen a cazar, obtener comida, hacen sus travesías, ocupan territorios amplios. Sin embargo, en la carretera el tráfico de carga es nocturno, les impide el paso pues pasan uno tras otro los camiones. He visto por lo menos 8 felinos llegando a la carretera y regresando, no pueden cruzar. 

Con esta información, podríamos logar que un buen planteamiento de Tren Maya que tenga pasos de fauna en los lugares donde sabemos que los felinos intentan cruzar. Puede incluso haber un tren de noche, pero sólo uno y se acabó, en contraste con los miles de camiones y tráilers que pasan cada noche por esa carretera. Esta es una de las principales carreteras por las que llegan productos que van a toda la costa, no solo a Chetumal sino hacia Tulum, Playa del Carmen, Cancún. El tren puede darle un alivio a esa situación. 

Los responsables ya dijeron que para agosto o por ahí del próximo año habrá estudios de impacto ambiental.

5. Ordenamientos territoriales. Se requiere también definir los ordenamientos territoriales de cada zona. El actual modelo depredador ya está actuando, está por acabar con Bacalcar. En cambio, qué tal si se establece que Bacalar no es un lugar para hospedaje, que es sólo para pasear de día. El tren te deja en la mañana y en la noche te lleva. Bacalar es tan frágil que es difícil no contaminarlo. Podría ser un sitio de paseo maravilloso sin tener la presión que enfrenta hoy en día. Eso implica hacer un ordenamiento que te diga que en esa zona no puede haber grandes hoteles. 

6. Turismo sin intervención. Para no repetir el modelo de Cancún, hay que pensar en esquemas como funiculares, paseos aéreos que te permiten ver los bosques, la diversidad biológica, pero sin intervenirla. Esas posibilidades están a nuestro alcance. Tenemos una tecnología extraordinaria y no aprovechada para hacer funiculares a costos muy económicos. Tenemos posibilidades de hacer sistemas muy atractivos, bien hechos, de calidad, que nos permiten no intervenir la naturaleza en ecosistemas frágiles. En Bacalar utilizar lanchas y vehículos eléctricos que no arrojen gasolina a la laguna. Hay muchos lugares que puedes visitar sin intervenirlos si se diseñan sistemas conectados al Tren Maya, regionales. No es de un día para otro, pero se puede hacer bien.
Está puesta la mesa para un buen proyecto. Lo social y lo ambiental pueden tener una buena salida con el tren. Depende de que busquemos y de hacer una consulta serena, reflexiva, profunda, sobre lo económico, lo ambiental, lo social. Si logramos hacerlo, creo que vamos a abrirle a las comunidades muchas perspectivas, creo que vamos a empezar a echar atrás los efectos de la devastación medioambiental en los que hemos caído en la época recientes.

El reto es lograr que la gente sea partícipe del Tren Maya, que las comunidades inviertan en ese proyecto nacional y popular que nos comprenda a todos. No sé si es un sueño o algo que podemos lograr. Hay que pensar cómo podemos convertir este proyecto en algo que nos una, algo como lo que fue en su momento la nacionalización de la industria petrolera. Después del 1 de diciembre, creo que sí es posible, claro que se puede hacer. Podemos hacer un proyecto nacionalista que beneficie a las comunidades.








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Cafetaleros de Veracruz se oponen a la planta de Nestlé que anunció AMLO
Eirinet Gómez, corresponsal                                              viernes, 21 dic 2018

Productores de café pidieron ayer en Xalapa al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, que rectifiquen la decisión de dar facilidades a la trasnacional Nestlé. Foto Alberto Roa
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Viernes 21 de diciembre de 2018. Xalapa, Ver. Productores cafetaleros de la zona centro de Veracruz rechazaron la instalación de una planta procesadora de la trasnacional Nestlé, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Cuitláhuac García y directivos de la empresa.

En rueda de prensa, un grupo de campesinos de la ruta cafetalera, que va de Coatepec a Córdoba y Zongolica, expresaron su inconformidad con el proyecto, que prevé una inversión de alrededor de 154 millones de dólares en la región, porque históricamente la trasnacional y otras procesadoras del grano han manipulado el precio del café en detrimento de los productores.

Cirilo Elotlán Díaz, dirigente del Consejo Regional del Café en Coatepec, dijo que el anuncio de López Obrador contradice su discurso de apoyar a los productores locales y combatir el neoliberalismo.

Cuestionó que mientras el Presidente anuncia una inversión millonaria para Nestlé, nueve programas de apoyo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader, antes Sagarpa) para pequeños productores fueron recortados en el proyecto de presupuesto 2019.

De acuerdo con la propuesta que analiza el Congreso de la Unión, se destinará 55.74 por ciento menos al programa de Impulso Productivo al Café, cuyo presupuesto se reduciría de 783.4 a 346.7 millones de pesos.

El productor también condenó que López Obrador pretenda mantener privilegios a empresas como Starbucks y Nestlé, a quienes acusó de ser dos de los principales causantes de la precarización del campo.

La instalación de la procesadora de 20 mil toneladas de café no es algo nuevo. Nestlé siempre ha controlado los precios del café y ha explotado a los cafetaleros no sólo mexicanos, sino de todo el mundo.

Ramón Pino Méndez, vocero de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, también se opuso a la instalación de la planta.

Nestlé compra el café por medio de filiales que mantienen los precios muy bajos y condenan a la pobreza a los productores. En este momento, por ejemplo, pagan entre cuatro y seis pesos por kilo, cuando deberían dar entre 14 y 15.

Además, dijo que mientras los productores buscan promover cultivos sustentables y de calidad, Nestlé impulsa la producción de café robusta, una variedad de rápido desarrollo que no requiere sombra, lo que implica la deforestación de grandes extensiones.

Agregó que los gobiernos federal y estatal deben dejar de apostar por los grandes inversionistas y apoyar a los productores locales. Si Nestlé realmente hiciera un plan de desarrollo que sacara de la pobreza a los cafetaleros, estaríamos con ellos, pero sabemos que han contribuido a explotarlos, manifestó.









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PALABRAS DEL CCRI-CG DEL EZLN
A LOS PUEBLOS ZAPATISTAS
EN EL 25 ANIVERSARIO DEL INICIO
DE LA GUERRA CONTRA EL OLVIDO.


Palabras del Subcomandante Insurgente Moisés:
31 de diciembre de 2018.

Compañeros, compañeras Bases de Apoyo Zapatistas:
Compañeras y compañeros Autoridades Autónomas Zapatistas:
Compañeras y compañeros Comités y Responsables regionales y locales:
Compañeras y compañeros milicianas y milicianos:
Compañeras y compañeros insurgentas e insurgentes:

Por mi voz habla la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Les hablo como vocero de todos ustedes, es mi trabajo ser su voz y ser su mirada.
Llegó la hora para nosotros los pueblos zapatistas y lo miramos que estamos solos.
  Se los digo claro compañeras y compañeros bases de apoyo, compañeros y compañeras milicianos y milicianas, así lo vemos, estamos solos como hace veinticinco años.
  Salimos a despertar al pueblo de México y al mundo, solos, y hoy veinticinco años después vemos que estamos solos, pero sí fuimos a decirles, muchos encuentros lo hicimos, ustedes lo saben, compañeras, compañeros, ustedes fueron testigos, fuimos a despertar, fuimos a decirles a los pobres de México, del campo y la ciudad.
  Muchos no nos hicieron caso, algunos sí están organizándose, esperemos que sigan organizándose, la mayoría no nos hicieron caso.
  Pero hicimos el trabajo y nos falta, y por eso les estamos diciéndoles claro, compañeros y compañeras.
  Pero no sólo esos veinticinco años de lo que sabemos, hace más de quinientos años, por eso nosotros aquí estamos informándoles, diciéndoles lo que vimos hace veinticinco años, como que no nos miran, como que no nos escuchan lo que estamos diciendo a los pobres de México.
  Hace veinticinco años de nuestro alzamiento hemos mirado esto que les estamos diciendo.
  Se los repetimos, compañeros, compañeras, vemos que estamos solos.
  Lo que hemos logrado, fue logrado con nuestro trabajo, con nuestro esfuerzo.

  Si hemos logrado algo, es por nuestro trabajo, y si tenemos error, también es nuestra falla. Pero es nuestro trabajo,  nadie nos lo dijo,  nadie nos lo enseñó, es nuestro trabajo.  Algunos y algunas nos querían enseñar, nos querían decir qué es lo que tenemos que hacer y qué cosas no tenemos que hacer, cuándo hablar, cuándo no hablar. No les vamos a hacer caso. Solamente el que se organiza sabe, lo ve, lo entiende.  En discursos sólo se dice; se tiene que hacer lo que se dice, se tiene que hacer lo que se piensa, manuales no tenemos, libros no tenemos.  Lo que nosotros queremos construir nadie nos va a enseñar, tiene que ser con nuestro sacrificio, tiene que ser con nuestro esfuerzo, compañeros y compañeras.

  Y estamos demostrando una vez más y lo vamos a tener que cumplir, estamos demostrando que sí es posible lo que se ve y lo que se siente que es imposible.  En el discurso se dice muy fácil, hay que hacer posible lo que es imposible, así se dice. En la práctica se tiene que hacer y lo estamos demostrando. Cuál es eso que decimos que estamos demostrando, ahí está, lo tenemos a nuestro frente; el pueblo aquí es el que manda, tiene su propia política, tiene su propia ideología, tiene su propia cultura, va creando, va mejorando, va corrigiendo, va imaginando y se va a ir practicando.
  Eso es lo que somos, eso. Aquí el mal gobierno no manda, manda las mujeres y los hombres, las que están organizadas y los que están organizados. Los que no están organizados, siguen creyendo a esa desesperanza que se dice, no es esperanza.

  Nos quieren mentir, nos quieren engañar, empezando por que hay pueblo que cree eso que se dice la virgen morena.  Es un loco el que dice eso, no sabe pensar, no piensa por el pueblo. Nosotros, compañeros, estamos trabajando con nuestra experiencia, con nuestro trabajo, y con nuestro esfuerzo y lo vamos a seguir haciendo. Y lo vamos a seguir construyendo y lo vamos a ganar. Todo lo que hemos construido lo tenemos cargado nosotros, hay algunos hermanos, hermanas solidarias, algunos y algunas que nos han ayudado, pero todo el peso lo hemos cargado, nosotras, nosotros, porque no es fácil enfrentar a esos partidos políticos, a esos malos gobiernos y hoy al que está actual tramposo, mañoso.

  No es fácil enfrentar los veinticinco años aquí a miles de soldados protectores del capitalismo, y aquí están, aquí donde estamos, pasamos en sus narices estos días. No es fácil enfrentar a los paramilitares, no es fácil enfrentar a los chiquitos líderes que los tienen comprado todos los partidos políticos hoy, especialmente el que está en el poder y el partido que está en el poder. Pero no le tenemos miedo. ¿O sí le tenemos miedo, compañeras y compañeros?
 [se oye al unísono “No”] No les escuché [se escucha más fuerte “No”]

  La gente de afuera va y viene, nosotros aquí estamos, aquí seguimos. Cada vez que vienen, vienen como a turistear, pero la miseria, la desigualdad, la injusticia no se trata de turistearlo, el pueblo pobre de México está muriendo y va a seguir muriendo.  Lástima que le hacen caso a aquel que está ahí engañando al pueblo de México.

 Y no lo mentimos compañeras y compañeros, hace cinco años les estuvimos diciéndole al pueblo de México y al mundo, que va a venir una cosa peor. En sus lenguas de como hablan ellos y ellas, los de afuera, le dicen colapso, hidra, monstruo, muro, se los dijimos intentando de usar sus palabras como hablan, aun así no nos hicieron caso. Creen entonces que les estamos mintiendo porque le están haciendo caso a aquel que ni su nombre no lo quiero decir, mejor le digo tramposo, mañoso, aquel que está en el poder.

  Compañeros, compañeras, ése que está en el poder lo va a destruir al pueblo de México pero principalmente a los pueblos originarios, viene por nosotros, y especialmente a nosotros al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. ¿Por qué? Porque aquí estamos diciéndole claro no le tenemos miedo ¿o sí, compañeros y compañeras?
[suena fuerte “No”]

Vamos a enfrentar, no vamos a permitir que pase aquí ése su proyecto de destrucción, no le tenemos miedo a su guardia nacional que lo cambió de nombre para no decir ejército, que son los mismos, lo sabemos.

  Vamos a defender lo que hemos construido y que lo estamos demostrándole al pueblo de México y del mundo que somos nosotros los que estamos construyendo, mujeres y hombres, no vamos a permitir a que vengan a destruirnos ¿O sí?
 [suena fuerte “No”]

  Aquel que está en el poder, es mañoso, ¿y cuál es la maña que hace? Que hace de que está con el pueblo de México y engañando a los pueblos originarios y demostrando que se hinca en la tierra pidiéndole permiso como creyendo de que todos los pueblos originarios lo creen y aquí nosotros le decimos, no lo creemos eso, al contrario.

  ¿Cómo es eso que al contrario? Eso de que disimula que agarra nuestros modos, nuestras costumbres, que pide permiso a nuestra madre tierra; nos está diciendo, dame permiso madre tierra para destruir a los pueblos originarios, eso es lo que dice eso, le hace falta entender a esos otros hermanos pueblos originarios. Eso es lo que está haciendo ese señor,  nosotros no lo creemos. Sólo porque la madre tierra no habla, si no se lo dijera ¡Chinga tu madre! Porque la tierra no habla, si fuera, ¡No, vete a la chingada!

  Nosotros sabemos lo que es la madre tierra, tenemos quinientos veintitantos años de estar conviviendo con ella, sabemos nosotros, no aquellos que no saben ni han sentido cómo es el sudor, que se creen que lo saben, como esos babosos, babosas de los diputados y senadores, no saben ni lo que es pobreza, no saben lo que es sudor, nosotros sí. Por lo tanto no saben hacer ley para el pueblo de los pueblos originarios, nosotros sí, porque sabemos cómo es el sufrimiento y sabemos cómo queremos la ley que queremos, no a ellos y a ellas.
  
Para que veas compañeros y compañeras, esos mañosos que están ahí, los tres poderes que hay aquí en México, el poder judicial, el poder ejecutivo, el poder legislativo. Fíjense qué es lo que nos hacen, sobre todo aquel, aquellos, el partido aquel que es mayoritario en el congreso de la unión que nos lleva ahí a ser diputadas, diputados, como indígenas y luego nos vamos a sentar a su lado de Ricardo Monreal, por ejemplo, como aquellos tiempos antes que han pasado, se sentó un tojolabalero ahí, a un lado de Diego Fernández de Ceballos que es un finquero de muchas fincas y ahí estaba sentado a su lado, ahí, un indígena tojolabalero y si ese indígena tojolabalero dice ahí, participa ahí en el congreso de la unión y dice queremos que se repartan las tierras que tienen ocupadas los finqueros y está a un lado ahí Diego Fernández de Ceballos, eso es lo que nos quieren enseñar ahí eso, y con esa paga que se gana y que están sentados en los pies de un restaurante, en un motel, que va ganando, y que va a seguir dejando a su pueblo, así están todos los diputados, senadores, ministros, regidores y otros. Eso es lo que quieren, eso, para que nosotros mismo, tzeltales, tzotziles, choles, tojolabales y todas las lenguas que se hablan aquí en México, nosotros mismos vayamos a mentir y engañar a nuestros pueblos, ése es lo que nos están enseñando, esos, ése es su trabajo, eso, porque así le han dicho a su patrón, porque ellos no son gobierno para nosotros, es capataz.

  Ahora estamos viendo que viene por nosotros, los pueblos originarios. Esa consulta que hacen, tenemos que decirlo claro, cómo manipulan al pueblo, esa consulta le está pidiéndole permiso, a través de voto, para que nos vengan a atacar a nosotros los pueblos originarios. Ésa es la consulta eso, pero al pueblo le hace falta que se despierte y hoy no vamos a poder más atender los veinticinco años, ya nos cansamos.  Están dice y dice, como decimos aquí, entra en su lado derecho en su oído y le sale por su izquierda, o sea, no queda en su pensamiento.

Eso es lo que hace el nuevo gobierno que está ahora, está consultando a que nos vengan a enfrentarnos, nosotros los pueblos originarios y en especial a nosotros, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional con ese su porquería Tren Maya y todavía ponen su nombre de nuestros anteriores.  No lo aceptamos. Que le ponga su nombre, no tiene nada que ver, si quiere así como no nos preguntó, que le ponga su nombre de su mamá.

  A lo largo de estos veinticinco años, compañeros, compañeras, bases de apoyo, mujeres y hombres, milicianas y milicianos, hemos visto y en el mundo también los que dicen que luchan, que hay unos que dicen que son progresistas, hay otros que se dicen que son de izquierda, hay otros que dicen que son revolucionarios, y no tienen la mínima idea la palabra que es revolucionario, porque es que revoluciona, da vuelta. Como decimos acá, tenemos que preparar a nuestros jóvenes, a nuestras jóvenas, porque ya nos está dando la vuelta nosotros, un día nos vamos a regresar y por eso tenemos que dejar preparados a los jóvenes y a las jóvenas. No tienen la idea lo que dicen, no saben, y la lástima dicen que tienen estudio, que tienen sus carreras y que tienen sus diplomas, pero no saben lo que significa la palabra revolución. Ah pero, bien que saben, hay algunos y algunas, nos dicen que nosotros somos electoristas.

 No tienen la mínima idea de cómo hacer revolución en la idea, en el pensamiento. Piensan que nosotros estamos mintiendo, como ellos y ellas mienten. Lo que nosotros decimos, como dijimos pues al pueblo de México, vamos a dialogar pero con ustedes, y hemos cumplido, y si un día vamos a decir que vamos a defendernos por muy mínimo que sea que nos vengan a provocar, vamos a defendernos. 

No vamos a permitir que alguien venga a cobijarse aquí en este territorio en rebeldía y en resistencia y que quieren aprovechar para venir a ocultarse ahí, a venir a hacer sus pendejadas. No lo vamos a permitir.

  A nosotros, compañeros, compañeras, no lo hemos engañado al pueblo de México, pero también tenemos que decirles que al pueblo todavía se dejan, no sabemos por qué, nosotros nos causa tristeza, y nos causa rabia. Para qué sirve entonces estudiar, saber historias si es que no vamos a ver nuestra realidad de cómo estamos viviendo, para qué sirve el estudio.

  Nosotros lo construimos sin estudio, pero aquí lo tenemos en los hechos, lo estamos demostrando, se lo demostramos y lo vamos a seguir demostrando, no sabemos allá ellos, ellas.

  La cosa que le estamos diciendo ése, el que está en el poder, fíjese cómo está de loco, dice, yo voy a gobernar para pobres y para ricos, solamente a un loco al que está mal en su cabeza eso lo puede decir, porque entonces no trabaja su mente, es descerebrado, solamente aquel lo dice eso porque nosotros sencillamente, un terrateniente, el porquería de Absalón Castellanos Domínguez, que por fin ya está en el infierno ahorita, no vamos a convencer que nos dejen de explotar, porque ese loco dice que gobierna para rico y para pobre, no sabe lo que dice, ni lo entiende lo que dice. Y estamos seguros que no lo entiende porque es dictado por su patrón, así lo tienes que decirlo a huevos, está obedeciendo, se lo estamos diciendo, para que lo sigan creyendo los ciudadanos y a las ciudadanas.

Simplemente es muy sencillo, no se puede apoyar al que está explotado y al que es explotador, se tiene que escoger una de dos, estás con el explotador o estás con el explotado, pero de dos no se puede. Así lo vemos nosotros, y así lo entendemos nosotros y así lo estamos haciendo nosotros.

  Todo eso lo que está haciendo, que lástima de que entonces dice de que es la cuarta, no tiene nada de cuarta, porque aquellos de esa cuarta de donde viene en la tercera sí lo hicieron en los hechos, lo enfrentaron, no como él, que dice que lo va a perdonar por ejemplo a todos los criminales, perdón, dice. Como quien dice pues así también aquí en lo más chiquitito, aquí en donde estamos, quiere decir que no va a hacerle nada a ese mal gobierno al que está ahorita, a los asesinos del compañero Galeano. Ese es lo que nos está diciendo también eso. Quiere decir que así también a los demás asesinados, entonces es en vano el que está ahí en el poder.

Muchas cosas, si vamos a ir diciendo lo que dice, no es nada verdad. ¿Y así que entonces le tenemos miedo a ese mal gobierno, compañeros, compañeras?
 [Suena un “No” fuerte]

 Claro que no, porque nos da coraje de todas esas mentiras de lo que le está diciendo al pueblo de México y lástima a los que saben hablar bien la castilla que no le entienden lo que les está diciendo. A nosotros nos cuesta pero no es de castilla, se tiene que ver cómo está la miseria, la desigualdad, la justicia, y de todo, no se necesita aprender castilla para eso, se ve y se siente.

Todo es una burla lo que nos está haciendo, especialmente a los pueblos originarios, es una humillación lo que nos está haciendo, pero también para aquellos y aquellas que hablan bien el español y que no le estudien ese apestoso político que hace ese mal gobierno.
Compañeros y compañeras, no nos vamos a dejar ¿O sí?
[Se escucha un fuerte “No”]

Será porque entonces estoy hablando fuerte para que se escuche allá atrás.  Compañeros, compañeras no nos vamos a dejar ¿o sí?
 [se escucha al unísono NO]

  No hay nadie que va a luchar por nosotros a los pueblos explotados del campo y la ciudad, nadie. Nadie va a venir, ni un hombre, ni una mujer; ni un grupo, sino que se necesita que haya mujeres y hombres que van organizándose y organizándose y organizándose, el pueblo es la que se tiene que organizarse para liberarse ¿o creen que va a venir el Papa?
 [se escucha al unísono NO]

 ¿O que va a venir Trump?
 [se escucha al unísono NO]

 Mucho menos vamos a creer a ése que dice que es la cuarta, ¿o sí lo creemos?
 [se escucha al unísono NO].

 Es lo mismo compañeros, compañeras, y no les estoy mintiendo, cuando todavía estaba haciendo su campaña dijo una palabra: en el partido en donde estoy -el que está en el poder ahorita-, no voy a permitir que entre palero, palera. Así lo dijo; es decir, que no va a meter a todos los que los metió ahorita, son los mismos. Son panistas, son priístas, son verde, son PT. Ahí está la gran mentira pero hay muchos, hay treinta millones que no entienden la castilla, por eso creen lo que está diciendo todas esas mentiras. Y luego dice que entonces va a combatir la corrupción, dice, ¡Así lo dice! y su secretaria de gobernación, ése es el primer lugar. Porque trabajaba… sabe de dónde vino, no es necesario que se le digo para que lo sepa. Sabemos de dónde vino su secretaria de gobernación y ella misma dice: “ahí en eso no me meto a pelear” y el que dice que va a combatir la corrupción, no dice nada.

  Es pura mentira, no va a hacer nada para el pueblo.  Piensan de que entonces que nos van a chingar con ese su proyecto de PROÁRBOL, porque es lo mismo, es el nombre que le queda, es lo mismo que lo está copiando lo que hizo los otros que pasaron, que nosotros los tumbamos con nuestra resistencia y rebeldía.

  Tumbamos primero a aquel que se decía el hombre poderoso, hace veinticinco años, que se llama Carlos Salinas de Gortari, que se decía que es el hombre más poderoso y no le tuvimos miedo. 

Y no nos había conocido al pueblo de México, hoy nos han conocido a lo largo de veinticinco años. Diciéndoles y diciéndoles y diciéndoles.  Hoy ya estamos cansados, hemos gastado mucho por querer que lo entiendan. Algunos, algunas solo lo ha entendido, la mayoría no.

Pero es lo que hemos hecho compañeros y compañeras, no les estamos pidiendo a los hermanos, a las hermanas de allá afuera a que agarren un arma. A lo largo de veinticinco años no lo hemos ganado con balazos, con bombazos, es con resistencia y rebeldía. Con eso lo hemos ganado, por eso han podido venir a ver, pero sólo venir a ver, no a llevar para otros hermanos y hermanas que no ha podido venir porque no tienen la paga igual que nosotros.

 No le tenemos miedo al capitalismo, al finquero, al nuevo finquero ¿O sí le tenemos miedo?
 [Se escucha al unísono NO].

 Así que, digan lo que digan, así que piensan lo que piensan, nosotros nos vamos a defender. Pase lo que pase, cueste lo que cueste y venga lo que venga. Vamos a defendernos, vamos a pelear si es necesario. ¿O no compañeros y compañeras?
 [se escucha al unísono SÍ].

Así que ténganlo claro compañeros y compañeras; aquí no hay salvador, ni hay salvadora. Los únicos que son salvadores y salvadoras son los hombres y las mujeres que luchan y se organizan, pero frente a su pueblo.

El cambio que queremos es de que entonces, un día, el pueblo, el mundo, mujeres y hombres deciden cómo quieren vivir su vida, no que hay un grupo que decide la vida de millones de seres humanos, NO.

  Decimos nada más en dos palabras: el pueblo manda, el gobierno obedece. Ésa es la que tenemos que luchar para eso.

  Creen que seguimos ignorantes, compañeros y compañeras. Aquí estamos dispuestos a defendernos.
  Por todo eso y esto que ya les dije, estamos dispuestos a lo que sea, estamos dispuestos a lo que venga.

 Por eso decimos:
¡Aquí estamos!
¡Somos el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y aquí seguiremos!

¡VIVA LA AUTONOMÍA ZAPATISTA!
¡VIVAN LOS PUEBLOS ORIGINARIOS!
¡MUERA EL MAL GOBIERNO!
¡MUERAN LOS CAPITALISMOS!
¡VIVA EL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL!









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Ojarasca / El llamado “Tren Maya”

11 enero 2019
Desde su campaña, el presidente Andrés Ma­nuel López Obrador prometió realizar tres grandes proyectos, entre ellos el “Tren Maya”. Este proyecto consistiría en el tendido de una línea ferroviaria que conecte ciudades de la península con enclaves turísticos en una región predominante­mente habitada por pueblos indígenas. La construcción del tren tal como se ha planteado supondría que su go­bierno se inauguraría con un proyecto que vulnera los derechos de autodeterminación de los pueblos, el me­dio ambiente, el derecho humano al agua y otros.

El simple hecho de que al proyecto se le haya lla­mado Maya es un fetiche que pretende despojar a los pueblos de la península de su propio nombre. ¿Desde cuándo la mal llamada Riviera Maya, tomada por los hoteleros extranjeros, ha sido un bastión de la cultura maya o representativa de ella? Es precisamente la in­dustria hotelera la que ha cerrado los accesos a la playa y ha destruido los manglares que por siglos mantuvie­ron los pueblos originarios.

La crisis ambiental del Caribe mexicano se ha pro­fundizado debido al exceso de sargazo en las costas, que ha teñido de café las antes prístinas aguas que caracterizaban a la Riviera. El sargazo es uno de los muchos síntomas del calentamiento sistemático de los océanos y de su contaminación propiciada por la indus­tria turística que el tren pretende estimular. Los hote­les no sólo han erosionado las costas y destruido los manglares, sino que permiten que la población tempo­ral de la región se incremente de manera considerable. ¿A dónde van los desechos y el agua residual? ¿Tienen acceso a estos espacios los pueblos originarios?

Los hoteles supusieron un despojo real de las costas de los pueblos mayas y, con ello, de la pesca y el disfru­te de su territorio. El despojo no sólo es un hecho jurí­dico como algunos economistas neoclásicos pregonan (cuando acaso lo reconocen); consiste en la negación del uso del territorio antes habitado por otra cultura u otro modo de relación con la naturaleza. Al construir hoteles, en vez de respetar los manglares, los espacios determinados por los pueblos y las comunidades para la pesca, la siembra y el disfrute del entorno, se altera la relación original. Aunque la costa siga siendo “federal” y no esté bajo el dominio jurídico de los hoteles, el despo­jo, la construcción en positivo de otro modo de relación con la naturaleza que premia la ganancia de los hote­leros y de los cárteles de la droga y no a pescadores, comuneros, campesinos, pobladores y defensores de la selva significa despojarlos realmente de su territorio.

El futuro titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, señaló que no habría daño ambiental alguno en la construcción del tren, pues este pasaría por donde “no hay arboles”. Es preciso recordarle que el llamado “tramo selva” pasaría por una región que casi no ha sido talada en 16 años, desde que se tienen registros satelitales de la zona. En la reunión que sostuvo el presidente electo con los gobernadores de la península, Chiapas y Tabasco, se mostró un mapa sin coordenadas, sin manifestación de impacto ambiental y al margen de otros factores socia­les que pudiesen afectar a los pobladores de la región.

El proyecto dice pasar por “derechos de vía ya exis­tentes”; no obstante, no se señala si la construcción se­ría elevada o a un costado de las carreteras en el que se amparan estos derechos de vía. Si el tren fuese de doble vía, tendrían que ampliar la vía ya existente por donde transita el tren de carga, por la cual, según López Obrador, pasaría el Tren Maya.

Es cuestionable que se considere la construcción del tren sin una evaluación y prevención real de la deforestación. Sembrar árboles maderables y frutales como sustituto de la selva sin estudiar los impactos que tendría un desierto verde en la península puede agravar la erosión y profundizar la pérdida de biodiversidad. 

Tan sólo de 2000 a 2016 se talaron 14 mil 259 kilómetros cuadrados de selva en la Península de Yucatán, lo que equivale a la totalidad del territorio de los estados de Aguascalientes, Morelos y Tlaxcala juntos.

No existe ningún estudio que evalúe los impactos de la interconexión de las regiones turísticas con el tren; la construcción de hoteles e infraestructura turística reque­rirían de un consumo incrementado de recursos y servi­cios (agua, recolección de residuos, servicios de salud, alimentos) propiciando una mayor deforestación, aunque no sea directamente por la construcción de la vía. Las consecuencias de cuarenta años de depredación de Can­cún y la llamada Riviera Maya deben servir de adverten­cia para las regiones que abarca el proyecto.

En el área existen 84 mil 795 cuartos de hotel, poco más de la mitad de las habitaciones en los 70 principales destinos turísticos de México. Ampliar con 30 mil cuartos de hotel adicionales no responde a las necesidades de las comunidades.

El proyecto agravaría los impactos ambientales en la región, profundizaría la marginación de los pueblos mayas y el despojo de sus tierras. La construcción de las estaciones del tren, tampoco explicada, requeriría de infraestructura turística para el tren mismo y sus futuros pasajeros.

Así podrían desbordarse los núcleos urbanos alre­dedor de las estaciones para el comercio ambulante (como ya ocurrió en la ciudad de Pisté cuando se de­claró Chichén Itzá una de la siete nuevas maravillas del mundo), al igual que la prostitución, el tráfico de personas, la industria hotelera y la generación de resi­duos. El turismo que pretende impulsar este proyecto es despojador, derrochador y devastador, la otra cara de la “triple ese” —sex, sun and sand— de los enclaves turísticos de Quintana Roo.

Durante décadas, hoteles, industrias y drenajes mu­nicipales han vertido sus residuos directamente a los cenotes y al mar. Como en otras cuencas, la ca­lidad del agua de la península depende del cuidado del territorio en su conjunto, pues la contaminación sistemática de un cuerpo de agua puede repercutir en todo el sistema hídrico de la península. Aunque el proyecto en sí no contemple ni una sola descarga o concesión de agua, tampoco ha presentado un plan de ordenamiento territorial que prevenga la futura contaminación de los mantos acuíferos y que evite el crecimiento desbordado de las ciudades. Esto im­plicaría mayor concentración de rellenos sanitarios que lixivian al subsuelo, fosas sépticas que se filtran al acuífero, drenajes que descargan a los cenotes, mayo­res requerimientos de extracción de agua para el con­sumo de los turistas y de los nuevos asentamientos urbanos. Todo ello a costa de la calidad del agua que usan los pueblos mayas y campesinos.

En una entrevista realizada el 21 de noviembre, Ló­pez Obrador reprochó a los firmantes de un pronun­ciamiento contra el proyecto, señalando que su oposi­ción está basada en falta de información. No obstante, no se han presentado los detalles del proyecto con coordenadas, ni un estudio exhaustivo de impacto am­biental o siquiera la intención de realizarlo. Tampoco se ha hecho una consulta a los pueblos originarios de la región como lo establece el Convenio 169 de la OIT, ratificado por nuestro país. Dicho convenio establece que la consulta debe realizarse de manera libre, pre­via, informada, de buena fe y culturalmente adecuada. La sola propuesta, tal como se ha realizado, viola estos principios.

La justificación del proyecto es desconcertante. En un encuentro con los gobernadores que estarían invo­lucrados, López Obrador, declaró que “la gente quiere esto (el tren) para el sureste, porque si vemos el mapa, podemos resumir que en los últimos 30 años el desa­rrollo se ha centrado en la Riviera Maya, en la punta, en Cancún; el resto del sureste quedó en el abando­no”. ¿Entonces el problema de la situación actual del sureste mexicano es que el desarrollo destructor del turismo no se ha expandido a toda la región? Más bien, la propuesta del tren expresa lo poco que cambiaría el modelo de imposición de decisiones sobre los usos del territorio entre el nuevo gobierno y sus antecesores.

El proyecto, tal como se plantea, profundizará la crisis ambiental y social del país. Los académicos, científicos, artistas y demás ciudadanos que exhorta­ron a detener la construcción del tren no están recha­zando dicho proyecto a ciegas. Lo hacen fundamen­tados en las luchas sociales previas contra los mega­proyectos y en la relación histórica entre el gobierno y los pueblos indígenas. Es obligación del gobierno entrante proveer de la información suficiente y nece­saria para la discusión, así como escuchar a los aca­démicos y a las comunidades que tienen información, inquietudes y razones legítimas y razonables para luchar por detener el proyecto. ¿Acaso no son parte del pueblo de México para el que el nuevo presidente dice trabajar?

Es momento de desechar el argumento vulgar so­bre el “desarrollo” y el “dinamismo económico” y ha­cer un análisis crítico de los megaproyectos que se realizan en el país y de las tecnologías e inversiones que estas implican. Es inadmisible la declaración del próximo titular de Fonatur: “el problema del país es que se tiene que desarrollar y eso implica cambios”. Rechazamos el modo condescendiente en el que la clase política se dirige a la ciudadanía como si sus argumentos ambiguos y abstractos dieran por con­cluida una discusión que requiere especificidad, rigor, precisión, claridad, honestidad y, sobre todo, la partici­pación activa de las comunidades mayas, campesinas y peninsulares.









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Tren Maya : los zapatistas tienen razón

Claudio Lomnitz

Como en esta columna voy a hablar mal del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quisiera empezar reconociéndole cosas: el alza al salario mínimo, la lucha contra el huachicol, el haberse declarado en contra del fracking... Son políticas decididas, importantes, y muy positivas.

Pero, habiéndolas reconocido y agradecido, debo decir que molesta que el gobierno actúe como si su triunfo en las urnas fuese una luz verde indefinida, que lo legitima para imponer cualquiera de las ideas de López Obrador. Morena recibió millones de votos a pesar de algunas de esas ideas. Nuestro Presidente ganó la pasada elección sobre todo por la credibilidad que inspiraron su promesa de reducir la desigualdad, sus compromisos de cero tolerancia a la corrupción y la de abrazos no balazos. Sus demás obsesiones solían convencer a bien pocos.

Las ideas económicas de López Obrador, en especial, han sido siempre problemáticas. Nuestro Presidente es un desarrollista a la vieja usanza, como lo ha explicado él mismo con frecuencia, incluso en su discurso de toma de posesión, donde se adhirió de lleno y sin ambajes al modelo de desarrollo estabilizador de los tiempos en que don Antonio Ortiz Mena fue secretario de Hacienda (es decir, las presidencias de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz). Quizá haya varios a quienes nos gustaría que México volviera a los años 60 –finalmente para los viejos, todo pasado siempre fué mejor–, pero el modelo de industrialización por sustitución de importaciones que fue la piedra de toque del desarrollo estabilizador es incompatible con los tratados de libre comercio actuales. La Ford de México de tiempos de Díaz Ordaz producía autos para el mercado nacional, la Ford mexicana de hoy los hace para el mercado estadunidense. Son dos Fords completamente diferentes. Sería imposible arraigar a la industria mexicana de hoy en el mercado nacional sin generar una crisis mayúscula.

Además de la globalización, hay otros dos factores que nos divorcian de la políticas de un Ortiz Mena: el medio ambiente y la democracia. Acapulco floreció durante los tiempos, posiblemente dorados, del modelo desarrollo estabilizador y también entonces se inventó Cancún, donde no había ni una ranchería. Hoy Acapulco –que sí fue, como dicen, una perla en el Pacífico– es un desastre urbano y ambiental, una ciudad en estado de emergencia. Cancún, por su parte, tiene ya 630 mil habitantes, y comienza a tener problemas socio-ambientales graves. Esto se debe a que el desarrollismo le apostó a los polos de desarrollo sin incorporar ni un pensamiento ambiental ni un compromiso democrático serio.

El Tren Maya es un proyecto desarrollista que le hubiera encantado a Miguel Alemán, Ruiz Cortines, o a Echeverría. Cierto que el presidente López Obrador ha dicho que en él no se tumbará un solo arbolito, pero esa declaración, además de ser rigurosamente falsa, destila el mismo menosprecio al tema ambiental que tuvieron sus predecesores.

¿Por qué o dónde encuentro ese menosprecio? Es justo hablar de menosprecio, porque en el caso del Tren Maya, como en el de cualquier ferrocarril, lo de menos desde el ángulo ambiental es el tren: el verdadero asunto es lo que carga el tren. Y el gobierno presume que el Tren Maya atraerá a 4 millones de nuevos turistas extranjeros al año. Esa es una meta bien atractiva, claro: 4 millones más de turistas extranjeros generarán mucha riqueza. Para poner la cifra en su contexto, Cancún recibe alrededor de 5 y medio millones de turistas al año.

O sea que el Tren Maya, que tendrá mil 500 kilómetros y 12 estaciones, transportará a un número de turistas extranjeros parecido al que recibe anualmente Cancún, además de los turistas nacionales. Esos viajeros, sin duda, pasarán noches en los puntos más atractivos del recorrido, especialmente en Palenque, Calakmul y Bacalar, que quizá sean los platos más fuertes del circuito, pero también en otros puntos, como Xpujil, Mérida o Valladolid, de modo que esos lugares también tendrán que desarrollar o agrandar su planta hotelera. La población de Cancún –que, recordemos, existe exclusivamente gracias al turismo– pasó de cero abitantes alrededor de 1970 a los 630 mil habitantes que tiene hoy. La población de Palenque hoy es de 110 mil, la de Calakmul es de 28 mil, Xpujil tiene 4 mil, la población de Bacalar es de abajo de 10 mil.

Esos lugares recibirán a los más de 4 millones de turistas del circuito. Para alojarlos, alimentarlos y entretenerlos habrá que construir hoteles, restaurantes, bares, discotecas, burdeles, lavanderías, misceláneas y mil otras cosas. No va a ser cuestión de proteger árboles donde pase el tren. Habrá que sacar agua de ríos y de mantos friáticos, derribar selvas, y pavimentar milpas. El tren cambiará la vida de la región, como la cambió en su momento Cancún.

Los zapatistas y todas las comunidades de la región tienen derecho a conocer y discutir este proyecto desarrollista en detalle, y a resistirse a él si no les convence. El poder local existe.
19 enero 2019








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Construir el Tren Maya ‘‘va a ser un desastre’’ alerta Francisco Toledo
El pintor pide al Presidente ‘‘hacer valer el derecho que tienen las comunidades indígenas de la región para otorgar o negar su consentimiento’’ a ese proyecto de infraestructura


Francisco Toledo, quien participó en la jornada inaugural del Encuentro en defensa del territorio, los bienes comunes y los derechos de los pueblos, en Santa María Atzompa, Oaxaca, explicó a La Jornadaque antes de ejecutar una megaobra se necesita ‘‘una consulta seria’’.


Jorge A. Pérez Alfonso y Mónica Mateos-Vega
Corresponsal y enviada
Periódico La Jornada

Miércoles 6 de febrero de 2019
Santa María Atzompa, Oax., El proyecto del Tren Maya ‘‘va a ser un desastre ecológico”, sostuvo el artista Francisco Toledo en entrevista con La Jornada luego de participar en la sesión inaugural del Encuentro en defensa del territorio, los bienes comunes y los derechos de los pueblos, que se efectuó ayer en Santa María Atzompa, Oaxaca, a la que acudieron integrantes de organizaciones culturales y ecologistas, así como representantes de comunidades campesinas e indígenas de esta entidad y del país.

El pintor consideró que antes de ejecutar esa megaobra debe efectuarse ‘‘una consulta seria”, principalmente a los pueblos originarios de las áreas que serán afectadas, ‘‘y no como esas cosas que hicieron (la cuestionada consulta ciudadana del pasado diciembre). Técnicos deben dar su opinión, así como biólogos y demás especialistas, para saber todo lo que hay que hacer antes de tocar la región”, puntualizó el fundador del Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del estado de Oaxaca (Pro-Oax).

Falta más información
Toledo, quien en Oaxaca ha encabezado una serie de luchas en defensa de la tierra y el territorio, insistió en que ‘‘indudablemente (el Tren Maya) va a ser un desastre ecológico, eso es seguro”, pues, reiteró, afectará la biosfera, principalmente en Yucatán.

Respecto del Istmo de Tehuantepec, por donde pasaría el tren, consideró que se podría dañar el área de los Chimalapas, colindante con Chiapas.

Otro de los problemas con el Tren Maya que observa el artista es que ‘‘realmente no se ha dado a conocer en qué consiste exactamente el proyecto; no se sabe gran cosa, sólo que el Presidente habló de dos o tres carriles, pero nada concreto. Habrá que pedir más información’’.

Refirió que debe haber un auténtico diálogo en el que se presente a detalle el proyecto, de tal forma que no se tenga la idea de que se trata de una imposición en beneficio de grandes empresarios y con afectaciones al pueblo.


Comparte con La Jornada carta que envió a AMLO
Toledo compartió con este diario la carta que el primero de diciembre de 2018 hizo llegar al presidente Andrés Manuel López Obrador, en la cual le pide ‘‘hacer valer el derecho que tienen las comunidades indígenas de la región maya para otorgar o negar su consentimiento previo, libre e informado respecto a un proyecto de infraestructura que afectará sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual, como afectará también las tierras que habitan”.

Esa misiva se la hizo llegar Toledo al Presidente una semana después de que éste criticó un desplegado, encabezado por el artista, en el que decenas de académicos, científicos e intelectuales explicaron sus motivos para oponerse a la construcción del Tren Maya. López Obrador les dijo entonces que les faltaba ‘‘baño de pueblo” a los ‘‘abajo firmantes”.

En esa carta el pintor reiteró al Ejecutivo su oposición a la construcción del Tren Maya, ‘‘sin tomar el parecer de las comunidades indígenas asentadas históricamente en los terrenos que cruzarán las vías”.
Dijo que en julio de 1990 el Congreso de la Unión aprobó el Convenio 169, que es ‘‘un instrumento vinculante y un referente jurídico para crear legislación que haga valer los derechos indígenas de nuestro país, pues el artículo 7 de dicho convenio establece: ‘los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en la que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural’”.

En el Encuentro en defensa del territorio, los bienes comunes y los derechos de los pueblos participó el antropólogo Salomón Nahmad, premio Nacional de Artes y Literatura, quien criticó que en los megaproyectos que se han anunciado, principalmente el del Tren Maya, se esté avanzando sin tener los estudios necesarios para conocer si realmente los beneficios superarán a los daños.

‘‘Siempre, sin importar el tamaño de la obra, hay un impacto”, puntualizó el antropólogo, quien considera urgente ‘‘una investigación social a fondo, para que las comunidades que serán afectadas conozcan realmente lo que podría ocurrir en sus localidades, ya que finalmente ellos serán los que sufran en primera instancia los impactos de esta obra, pero además que sólo sean ellos los consultados, pues la obra no afectará a los que viven en el norte del país”.

En el encuentro, las organizaciones sociales participantes ofrecieron propuestas para un plan de acción para las siguientes semanas contra los ‘‘‘megaproyectos” y en favor de los derechos de las naciones y pueblos originarios.









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La clásica distinción en la política convencional entre izquierdas y derechas se va desdibujando para dar lugar a un nuevo dilema. Hoy cada vez es más necesario y adecuado hablar de po­líticas para la vida y políticas para la muerte. Como vimos en una entrega anterior, el devastador embate de una oligarquía trasnacional que apenas llega a uno por ciento de la población humana, se extiende e intensifica por todo el planeta, destruyendo por igual a la naturaleza y a los seres humanos.

La depredación ecológica y la explotación del trabajo humano continúa conforme el capital corporativo doblega gobiernos de todo tipo para ponerlos a su servicio, dando lugar a lo que hemos denominado los hoyos negros de la modernidad.

Este desplazamiento de la antigua geometría política por un reto de mayor trascendencia resulta de la globalización y del impacto que las sociedades industriales tienen sobre el equilibrio del ecosistema planetario. El conjunto de estas políticas para la muerte conducen a un colapso civilizatorio, como se analiza y discute con más intensidad y frecuencia en innumerables círculos (think tanks) del mundo.

Como se ha comprobado para los gobiernos progresistas o de izquierda de la América Latina, este dilema entre ecopolítica (o biopolítica) y necropolítica, al ser ignorado, se fue volviendo una bomba de tiempo que terminó explotándoles, aunado en varios casos a la corrupción de dirigentes y partidos. 

Lo que está en disputa son los territorios y sus ricos recursos visibles y ocultos. En el México de hoy, las chispas que generan los incendios son justamente los conflictos que surgen del choque (¿civilizatorio?) entre los proyectos de muerte de las corporaciones privadas y estatales, y los proyectos de vida tejidos y arraigados por largo tiempo por las comunidades humanas, sus naturalezas y sus regiones. 

Se trata de 560 conflictos socio-ambientales, según nuestras fuentes, que ya han dejado una estela de violencia y muerte: 503 casos de defensores comunitarios agredidos entre 1995 y 2015 (amenazas, detenciones ilegales, agresiones físicas, criminalización), según la tesis de la investigadora de la UNAM Lucía Velázquez Hernández, y que alcanza los 125 activistas asesinados (datos de Global Witness y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental.

El asesinato de Samir Flores (20/2/19), indígena nahua y uno de los principales líderes opositores al Proyecto Integral Morelos (gasoducto y dos termoeléctricas), es sólo uno de los cuatro defensores ambientales ultimados desde el cambio de gobierno. Antes fueron asesinados Estelina López Gómez (23/1/19) de la comunidad Santo Tomás de Amatenango del Valle; Rafael Murúa Manríquez (20/1/19), director de la radio comunitaria Radiokashana, y Manuel Martínez Bautista (24/12/18), de Yahualica, Hidalgo.

Como señalamos en un texto anterior (¿Vencerá el nuevo gobierno las fantasías neoliberales? el nuevo gobierno está obligado a enfrentar y tomar una posición diáfana sobre estas batallas territoriales. 

Cada concesión (¿táctica?) que la Cuarta Transformación (4T) hace a los proyectos de muerte del ogro industrial, tanto en su versión corporativa como estatal, devela una carencia de visualización de largo plazo, pues estamos ya ante un desafío de escala civilizatoria en la que se están jugando no sólo los destinos de un sistema social, sino de todo un modo de concebir el mundo y de la especie humana misma. 

Por tanto, no se puede sacrificar a las comunidades tradicionales, otra vez en aras del progreso y el desarrollo de la nación (que es la letanía de los neoliberales) , y mucho menos a nombre de una consulta impuesta y orientada de antemano por el poder estatal.

¿Por qué el nuevo gobierno comienza a repetir los errores de los regímenes progresistas de América Latina? 

He aquí que la pregunta conduce a un embrollo mayor, a una carencia suprema: no existe una claridad teórica y, por tanto, táctica y estratégica en la 4T, pues esta nación, como consigna electoral, de la cabeza visionaria, brillante y pragmática, pero también solitaria y limitada de un líder, y no de la discusión colectiva, esto es de un programa político. 

No hay pues sino reacciones inmediatas a cada problemática, cuya repetición irá irremediablemente marcando una política vaga, confusa y contradictoria y, por tanto errática. Mientras no se analice y esclarezca de manera colectiva un programa político que dé corpus a la 4T, el actual gobierno se irá diluyendo inexorablemente.
Hasta que, de nuevo, la derecha nos alcance.



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07-03-2019

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