Comunicado del CCRI-CG del EZLN.
Y ROMPIMOS EL CERC0
Y ROMPIMOS EL CERC0
( extracto )
17 DE AGOSTO DEL 2019
Y rompimos el cerco.
Nos salimos sin pedir permiso y ahora estamos de nuevo con ustedes, hermanas y hermanos y hermanoas, compañeros, compañeras y compañeroas
El cerco gubernamental quedó atrás, no sirvió y nunca servirá. Seguimos caminos y rutas que no existen en los mapas ni en los satélites, y que sólo se encuentran en el pensamiento de nuestros más antiguos.
Con nosotras, nosotros, zapatistas, en nuestros corazones caminó también la palabra, la historia y el ejemplo de nuestros pueblos, de nuestros niños, ancianos, hombres y mujeres. Fuera encontramos casa, alimento, oído y palabra. Nos entendimos como sólo se entienden entre sí quienes comparten no sólo el dolor, también la historia, la indignación, la rabia.
Entendimos, así, no sólo que los cercos y muros sólo sirven para la muerte, también que la compra-venta de conciencias de los gobiernos cada vez es más inútil. Ya no engañan, ya no convencen, ya se oxidan, ya se rompen, ya fracasan.
Así salimos. El Mandón quedó atrás, pensando que su cerco, cercados nos mantenía. De lejos vimos sus espaldas de Guardias Nacionales, soldados, policías, proyectos, ayudas y mentiras. Fuimos y regresamos, entramos y salimos. 10, 100, 1000 veces lo hicimos y el Mandón vigilaba sin mirarnos, confiado en el miedo que su miedo daba.
Como una mancha sucia quedaron los cercadores, cercados ellos dentro en un territorio ahora más extendido, un territorio que contagia rebeldía.
Herman@s, compañer@s:
Los jóvenes zapatistas, sin abandonar sus gustos y querencias, aprendieron de las ciencias y las artes, y así contagiaron a más y más jóvenes. La mayoría de esa juventud, principalmente mujeres, asumen cargos y los empapan de su creatividad, ingenio e inteligencia. Así que podemos decir, sin pena y con orgullo, que las mujeres zapatistas no sólo van delante para, como el pájaro Pujuy, marcarnos el camino y no nos perdamos : también a los lados para que no nos desviemos; y atrás para que no nos retrasemos.
La otra es la política gubernamental destructora de la comunidad y la naturaleza, particularmente la del actual gobierno autodenominado “Cuarta Transformación”. Las comunidades tradicionalmente partidistas han sido lastimadas por el desprecio, el racismo y la voracidad del actual gobierno, y han ido pasando a la rebeldía abierta o escondida. Quien pensó que con su política contrainsurgente de limosnas, dividiría al zapatismo y compraría la lealtad de los no-zapatistas, alentando la confrontación y el desánimo, dio los argumentos que faltaban para convencer a esos hermanos y hermanas de que es preciso defender la tierra y la naturaleza.
El mal gobierno pensó y piensa que lo que la gente espera y necesita son limosnas monetarias.
Ahora, los pueblos zapatistas y muchos pueblos no zapatistas, así como los pueblos hermanos del CNI en el sureste mexicano y en todo el país, le responden y demuestran que está equivocado.
Entendemos que el actual capataz se formó en el PRI y en la concepción “indigenista” en la que los originarios anhelan vender su dignidad y dejar de ser lo que son, y que el indígena es pieza de museo, artesanía multicolor para que el poderoso oculte lo gris de su corazón. Por eso su preocupación de que sus muros-trenes (el del Istmo y el mal llamado “Maya”) incorporen al paisaje las ruinas de una civilización, para que deleiten al turista.
-*
Durante estos ya más de 25 años hemos aprendido.
En lugar de escalar en los cargos de los malos gobiernos o convertirnos en una mala copia de quienes nos humillan y oprimen, nuestra inteligencia y saber se dedicó a nuestro propio crecimiento y fortaleza.
Aprendimos a mirar, escuchar y hablar lo otro sin burla, sin condena, sin etiquetas.
Fue un largo proceso de reflexión y búsqueda. Miles de asambleas comunitarias zapatistas, en las montañas del sureste mexicano, pensaron y buscaron caminos, modos, tiempos. Desafiando el desprecio del poderoso, que nos tacha de ignorantes y tontos, usamos la inteligencia, el conocimiento y la imaginación.-*-
Aprendimos que un sueño que no abarque el mundo, es un sueño pequeño.
Compañer@s y herman@s:
Aquí estamos, somos zapatistas. Para que nos miraran, nos cubrimos el rostro; para que nos nombraran, negamos nuestro nombre; apostamos el presente para tener futuro, y, para vivir, morimos. Somos zapatistas, mayoritariamente indígenas de raíces mayas, y no nos vendemos, no nos rendimos y no claudicamos.
Somos rebeldía y resistencia. Somos uno de tantos mazos que romperán los muros, uno de tantos vientos que barrerán la tierra, y una de tantas semillas de las que nacerán otros mundos.
Somos el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
A nombre de los hombres, mujeres, niños y ancianos bases de apoyo zapatistas y del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, Agosto del 2019.
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