el ascenso





'Cholo' era el histórico modo despectivo de nombrar a las poblaciones originarias en la región andina. El Inca Garcilaso de la Vega ya da cuenta de ella en los 'Comentarios Reales de los Incas', obra publicada en 1609. "Evo chola de (Hugo) Chávez", le decían en Santa Cruz a Morales en los días de disputas regionales entre el oriente y el occidente bolivianos. A medida que el Movimiento al Socialismo (MAS) se consolidó, la disputa política empezó a darse también en el lenguaje. Una ley contra el racismo tuvo el efecto de atenuar su uso desdeñoso en el espacio público.

En los últimos años, en cambio, se ha llevado a cabo una apropiación orgullosa de la palabra. Al compás del crecimiento económico han surgido los 'cholets', vocablo que mezcla 'cholo' y 'chalet' y que hace referencia a un estilo arquitectónico. Se trata de edificios de hasta siete pisos que llaman la atención por su policromía fluorescente y su plasticidad. Los 'cholets', que tienen por lo general pistas de baile, locales comerciales y hasta escuelas de moda 'chola', florecen como símbolos del éxito de la nueva burguesía aymará en El Alto, la ciudadela que rodea La Paz a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Los diseños del arquitecto Freddy Mamani han concitado el interés internacional.

El 'cholet' no es en la Bolivia actual el único modo de ascenso. La activista cholita María Isabel Córdova recuerda que hace una década "era casi imposible que una 'chola' fuera abogada o periodista, o que presentara un programa en la televisión nacional".  Un grupo de 'cholas' ha adquirido fama por convertir en realidad su amor a las alturas. Ellas han subido a los picos más altos del país e incluso llegaron a la cumbre del Aconcagua (6.962 metros) en Argentina. "Se han apoderado de las montañas", dijo el diario paceño 'La Razón' a propósito de 'Cholitas escaladoras', el documental de Arena Comunicación que se presentará en diciembre en España y reúne los testimonios de Dora Magueño Machaca, Analía González Magüeño, Cecilia Llusco Alaña y Elena Quispe Tincutas. "Al principio decían, ¡¡Pero cómo va a escalar una 'chola' una montaña!! Bueno, ¡¡estaban equivocados!!", dice una de ellas.

No todo es cuestión de alpinismo. Bolivia es actualmente el tercer país del mundo con más mujeres en el Congreso, muchas de ellas en reprentación de las comunidades originarias. Adriana Salvatierra es la presidenta del Senado más joven de la historia y líder del movimiento feminista que se ha fortalecido en un país que redujo la pobreza del 60% al 35%. En la Bolivia que todavía tiene la segunda tasa de femicidios de la región (2,16 cada 100.000 mujeres), las 'cholas', mestizas y aquellas que reivindican en oriente su "pura" ascendencia europea o descreen de los linajes, habrán sido decisivas con su voto en las presidenciales del domingo que tienen a Morales como favorito.

Pase lo que pase, algo ha cambiado en gran parte de ellas para siempre.







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