1913 méxico








México, D.F., 18 de febrero de 1913

Señor Embajador de los Estados Unidos de América
Presente

El Presidente de la República y sus Ministros, los tengo en mi poder en el Palacio Nacional, con carácter de presos, este acto mío ruego a su Excelencia se sirva interpretarlo como la manifestación más patriótica del hombre que no tiene más ambiciones, que servir a la Patria, sírvase su Excelencia interpretar en la forma que respetuosamente le suplico un hecho que no tiende más que a restablecer la paz en la República y asegurar los intereses de sus hijos y los de las diversas Colonias extranjeras que tantos beneficios nos han proporcionado.

Saludo a usted suplicándole con el mayor respeto se sirva poner en conocimiento de su Excelencia el Señor Presidente Taft todo lo que he tenido la honra de exponer a usted en esta nota.

Igualmente tengo la honra de suplicarle se sirva usted hacerme la gracia de dar el aviso correspondiente a las diversas Legaciones que se hallan en esta Capital.

Si su Excelencia pudiera hacerme la gracia de dar aviso a los rebeldes que se hallan en la Ciudadela, sería un nuevo motivo de agradecimiento y del pueblo todo de la República hacia usted y hacia el siempre glorioso pueblo Americano.

Con el respeto de siempre quedo de su Excelencia su afectísimo.

Libertad y Constitución
El General en Jefe de las Operaciones, 
Comandante General Militar de la Plaza de México,     

Gral.  Victoriano Huerta




Pacto de la Ciudadela o Pacto de la Embajada.
Ciudad de México, 18 de febrero de 1913.   

En la Ciudad de México, a las nueve y media de la noche del día dieciocho de febrero de mil novecientos trece, reunidos los señores generales Félix Díaz y Victoriano Huerta, asistidos el primero por los licenciados Fidencio Hernández y Rodolfo Reyes, y el segundo por los señores teniente coronel Joaquín Maas e ingeniero Enrique Cepeda, expuso el señor general Huerta que, en virtud de ser insostenible la situación por parte del Gobierno del señor Madero, para evitar más derramamiento de sangre y por sentimiento de fraternidad nacional, ha hecho prisionero a dicho señor, a su Gabinete y a algunas otras personas; que desea expresar al señor Díaz sus buenos deseos para que los elementos por él representados fraternicen y todos unidos salven la angustiosa situación actual. 

El señor general Díaz expresó que su movimiento no ha tenido más objeto que lograr el bien nacional y que, en tal virtud, está dispuesto a cualquier sacrificio que redunde en beneficio de la Patria.

Después de las discusiones del caso, entre todos los presentes arriba señalados se convino en lo siguiente:

Primero. Desde este momento se da por inexistente y desconocido el Poder Ejecutivo que funcionaba, comprometiéndose los elementos representados por los generales Díaz y Huerta a impedir por todos los medios cualquier intento para el restablecimiento de dicho Poder.

Segundo. A la mayor brevedad se procurará solucionar en los mejores términos legales posibles la situación existente, y los señores generales Díaz y Huerta pondrán todos sus empeños a efecto de que el segundo asuma antes de setenta y dos horas la presidencia provisional de la República con el siguiente Gabinete.

Relaciones: Licenciado Francisco León de la Barra. 
Hacienda: Licenciado Toribio Esquivel Obregón. 
Guerra: General Manuel Mondragón 
Fomento: Ingeniero Alberto Robles Gil 
Gobernación: Ingeniero Alberto García Granados 
Justicia: Licenciado Rodolfo Reyes 
Instrucción Pública: Licenciado Jorge Vera Estañol 
Comunicaciones: Ingeniero David de la Fuente. 

Será creado un nuevo Ministerio, que se encargará de resolver la cuestión agraria y ramos anexos, denominándose de Agricultura y encargándose de la cartera respectiva el licenciado Manuel Garza Aldape. Las modificaciones que por cualquier causa se acuerdan en este proyecto de Gabinete deberán resolverse en la misma forma en que se ha resuelto éste.

Tercero. Entretanto se soluciona y resuelve la situación legal, quedan encargados de todos los elementos y autoridades de todo género, cuyo ejercicio sea requerido para dar garantías, los señores generales Huerta y Díaz.

Cuarto. El señor general Félix Díaz declina el ofrecimiento de formar parte del Gabinete provisional, en caso de que asuma la presidencia provisional el señor general Huerta, para quedar en libertad de emprender sus trabajos en el sentido de sus compromisos con su partido en la próxima elección, propósito que desea expresar claramente y del que quedan bien entendidos los firmantes.

Quinto. Inmediatamente se hará la notificación oficial a los representantes extranjeros, limitándola a expresarles que ha cesado el Poder Ejecutivo; que se provee a su substitución legal; que, entretanto, queden con toda la autoridad del mismo los señores generales Díaz y Huerta, y que se otorgarán todas las garantías procedentes a sus respectivos nacionales.

Sexto. Desde luego, se invitará a todos los revolucionarios a cesar en sus movimientos hostiles, procurando los arreglos respectivos. 

El general Victoriano Huerta. 

El general Félix Díaz.


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El 18 de febrero, un grupo de empresarios capitalinos, entre ellos Ignacio de la Torre, yerno de Díaz, declararon su fidelidad a Huerta. El 19 de febrero, el presidente Madero y José María Pino Suárez, vicepresidente, fueron obligados a firmar la renuncia a sus cargos. El 2 de febrero, pese a la promesa de los golpistas de respetar su vida y facilitar su exilio a la isla de Cuba, ambos fueron acribillados a un costado del Palacio de Lecumberri en la ciudad de México.










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